Elecciones 2024
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Son una aplastante mayoría, no hay la más mínima discusión interna o autocrítica dentro de las filas legislativas del presidente, no hacen sino seguir las instrucciones de Andrés Manuel López Obrador. Y aun así los diputados de Morena, y partidos satélites que les acompañan, fueron incapaces de respetar los tiempos que marca la Constitución para sacar adelante el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) del 2020.

Claro que para la mayoría eso de violar la Carta Magna no tiene ninguna importancia porque realmente creen que ellos son los dueños de su propio tiempo y que si ellos dicen que se detuvo el reloj parlamentario, entonces, eso fue lo que sucedió.

Eso está muy bien para su clientela política, esa que cree que la economía está requetebién y todo el subejercicio, que ha sido corresponsable de la parálisis económica de este año, es parte de un plan de ahorros de gastos innecesarios.

Podrán, pues, en cualquier momento de esta semana o del resto del mes, aprobar el PEF 2020, podrán o no ceder ante algunas de las presiones de los grupos que mantienen el cerco en torno al recinto legislativo de San Lázaro y dirán que todo está bien.

Y lo ven perfecto porque siguen al pie de la letra las palabras de López Obrador, que descalifica a los que solicitan recursos presupuestales y garantiza que no habrá concesiones para los grupos que por la fuerza o la negociación buscan más dinero público. Tengan o no la razón.

Para el presidente son grupos buscando moches y no darán marcha atrás a su forma de ejercer los recursos públicos, aunque en muchos casos se haya demostrado que esas formas resulten en afectaciones directas a la población vulnerable que depende de los recursos públicos.

Y para que no quede duda de que la división de poderes no es algo que les interese ni siquiera aparentar, los diputados de Morena, el Partido del Trabajo y del siempre acomodaticio Partido Verde circularon una carta en la que dejan claro que no tienen la más mínima intención de cambiar una sola coma de lo que mandó el presidente López Obrador como propuesta de gasto para el 2020.

Esté bien o esté mal es la voz del presidente y para ellos no hay más.

Así que —el PEF está fuera de los tiempos constitucionales y amenaza con desatar manifestaciones multitudinarias que hoy por lo visto en otros países de América Latina, se deberían evitar a toda costa— no se respeta la división de poderes y realmente creen que no pasa nada.

No, los seguidores del gobierno estarán siempre de acuerdo. Pero en los mercados tendrán otra opinión respecto a la indisciplina con la que ahora se manejan los asuntos financieros del país.

No es poca cosa que las leyes les parezcan accesorios a sus objetivos y todas ésas son presiones adicionales que se van sumando como una carga negativa ante los participantes de los mercados que tienen esa costumbre de que las cosas se hagan conforme marcan las leyes.