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Como era mayoritariamente esperado por el mercado, el Comité de Mercado Abierto de la Fed (FOMC, por su sigla en inglés) realizó su cuarto incremento del año de 0.25% en la tasa de interés de referencia, ubicándola en un rango de 2.25 a 2.50%; cumpliendo al pie de la letra su plan de normalización de tasas esbozado desde finales del año pasado.

Sin embargo, la atención del mercado estaba puesta sobre el tono del comunicado y la conferencia de prensa así como la publicación de nuevos estimados económicos buscando señales sobre el rumbo de la política monetaria para el 2019.

Vale la pena recordar que la Fed había venido señalando de manera consistente que las tasas seguirían subiendo en el 2019, apuntando hacia tres posibles incrementos.

Sin embargo, hace unas semanas se dio un muy importante cambio de señal por parte del presidente de la Fed, Jay Powell, quien abiertamente expresó que las tasas podrían estar llegando a un nivel cercano a neutral –es decir un nivel en el que no estimulan ni restringen el crecimiento económico–.

Estas expresiones de hace unas semanas fueron interpretadas por el mercado como un cambio fundamental con respecto a la postura monetaria de la Fed de apenas hace un par de meses cuando el mismo Powell mencionó que las tasas todavía no estaban cerca de ser neutrales.

En este sentido, el comunicado por parte de la Fed y la publicación del dot plot o gráfica de puntos (que revela la expectativa individual de cada uno de los miembros del FOMC sobre la ubicación futura de la tasa de fondeo) fueron relativamente decepcionante para el mercado.

Si bien la gráfica de puntos dejó de incorporar tres incrementos para el 2019, el hecho de que siga incorporando dos posibles aumentos fue una señal más restrictiva de lo que esperaba el mercado.

Como mencionamos en la columna del martes, el mercado estaba anticipando una postura más acomodaticia por parte de la Fed donde prácticamente se indicara, cuando mucho, un incremento para el 2019 y que éste dependería ampliamente de la evolución de las condiciones económicas.

Sin embargo, los miembros del FOMC consideraron que las perspectivas económicas para el 2019 aún son favorables a pesar de algunos indicios de desaceleración con respecto a lo observado en los meses anteriores.

Esto fue reflejado en una disminución en las expectativas de crecimiento del PIB para el 2019 de 2.5 a 2.3% y una pequeña revisión a la baja en las expectativas de mediano plazo para la inflación subyacente, de 2.1 a 2.0 por ciento. Bajo este escenario, la Fed está anticipando dos posibles incrementos de tasa para el 2019 en lugar de los tres que tenía previamente contemplados.

Adicionalmente, durante la conferencia de prensa, la Fed dio a entender que el programa de retiro de liquidez mediante la reducción de su balance mantendrá el ritmo programado de 50,000 millones de dólares al mes.

La combinación de una trayectoria de tasas menos suave a la anticipada por el mercado con la decisión de mantener el programa de reducción del balance de la Fed sin ajustes no fue bien recibida por los mercados.

Juzgando por la reacción del mercado, la Fed podría estar subestimando algunos riesgos al crecimiento económico, incluyendo un endurecimiento en las condiciones financieras generada por el fuerte incremento en la volatilidad y un importante retroceso en las valuaciones de casi todas las clases de activos, incluyendo acciones, bonos, commodities y un fortalecimiento del dólar.

A pesar de la señal menos dovish de la Fed, la opinión de este columnista es que las decisiones de política económica del 2019 serán altamente dependientes de la evolución de las variables económicas y que la Fed tomaría una postura más acomodaticia ante cualquier escenario de mayor debilidad.

Por vacaciones, esta columna se volverá a publicar el martes 8 de enero. ¡Felices fiestas!

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