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Claro que si suben los precios se presiona la inflación. Pero, a veces, resulta más dañino para la estabilidad inflacionaria el convertir el tema de los incrementos en una discusión entre la opinión pública.

El primero que puso el tema en la mesa fue el propio presidente Andrés Manuel López Obrador, quien aseguró que ahora en la 4T se acabaron los incrementos de precios durante enero.

El problema es que la declaración presidencial llegaba a la par de que una larga lista de productos, muchos básicos de primerísima necesidad, aumentaba de forma importante.

Esos impuestos que se aseguró que no habrían de subir, pues sí subieron y han afectado los precios de una larga lista de artículos. El Impuesto Especial sobre Producción y Servicios, el famoso IEPS, aumentó para las bebidas azucaradas, para las bebidas alcohólicas, para los tabacos. Y en el caso del IEPS a los combustibles, éste ha marcado una clara tendencia de incremento durante los últimos meses.

Hay otros productos, como derivados lácteos, cárnicos, pan industrializado y otros tantos más que a partir de este mes subieron sus precios, incluso por arriba del nivel inflacionario general de 3 por ciento.

Este tipo de ajustes, que pegan duro en el bolsillo de los que destinan la mayor parte de sus ingresos para el consumo de alimentos y productos básicos, no puede pasar tan desapercibido para la opinión pública si el propio presidente dice que en enero ya no hay aumentos.

Al tema se subió la llamada Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes que encontró buena repercusión en la prensa para advertir de escaladas de precios, la pulverización del aumento al salario mínimo y aumentos desmedidos en muchos precios.

El tema, pues, se volvió viral. Y lo viral es contagioso. Hoy ya han salido otros dirigentes empresariales a tratar de paliar ese ambiente de expectativa inflacionaria que se podría generar. Pero el tema de los aumentos de los precios hoy se ha ganado un lugar en la discusión pública.

Y está presente porque los aumentos por arriba de la inflación son reales. El estrangulamiento fiscal de la federación a las entidades del país provocó que muchos congresos estatales se escondieran en las sombras de las vacaciones para aprobar aumentos en impuestos que hoy le pegan de forma importante a los consumidores.

Este ambiente que se ha generado al arranque del 2020, en torno a los aumentos de precios y lo que puede generar en el ánimo de los consumidores, acaba por dar la razón a aquellos integrantes de la Junta de Gobierno del Banco de México que no se aventaron la puntada de bajar las tasas de interés de forma más acelerada, sólo para quedar bien con el gobierno.

Tendrá el Banxico que analizar con mucha atención los efectos de la cuesta de enero en los datos de la primera quincena de este mes. Pero también en la segunda y las dos siguientes antes de ver si el tema de los aumentos de precios se diluye o se contagia.