Elecciones 2024
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La economía estadounidense goza de un crecimiento extraordinario que a la larga va a generar facturas por pagar. Cierto. Pero hoy debería ser el platillo principal para conseguir votos.

Pero el creador de ese estado de bienestar aparente no parece hoy estar sacando todo el provecho, porque su estrategia es otra.

Hoy que van a las urnas los estadounidenses a renovar la totalidad de su cámara baja y la tercera parte del Senado, más una larga lista de puestos locales, irán con la cabeza llena de conflictos y no tanto con la certeza de que hoy gozan del nivel de desempleo más bajo en medio siglo y con una economía que hoy crece sin inflación.

La gran mayoría habrá visto en la televisión esta mañana cómo se acerca a sus fronteras una pandilla de maleantes centroamericanos que derrotó al ejército mexicano a pedradas y que amenaza con invadir su territorio.

Donald Trump llenó sus mensajes previos a la elección de hoy con un tono bélico. Ejército, alambres de púas, pedradas contra balazos, bad hombres. Todo, según dice el presidente de los Estados Unidos, por culpa de los demócratas.

No sólo las caravanas migrantes, también la guerra comercial con China o el terrible acuerdo nuclear con Irán. Todo pasa por la responsabilidad de los demócratas.

Mientras más le informan al presidente que las encuestas marcan como favoritos a los del partido del burro para ganar la mayoría de la cámara de representantes, los republicanos, o el partido del elefante, más le ruegan al presidente que hable exclusivamente del estado que guarda la economía. Pero ni los ve, ni los oye.

A pesar de todo, es un hecho que la principal preocupación de los electores es la economía. Una encuesta llevada a cabo el mes pasado por el diario USA Today y la Universidad de Suffolk marca que el tema número uno de la atención de los electores es la economía.

Pero en esta guerra entre demócratas y republicanos, del otro lado los opositores al presidente Trump han logrado marcar una agenda de temas económicos negativos en la atención de los electores.

Algo que realmente preocupa a los estadounidenses es el aumento en los costos de los programas de salud, hay preocupación por los efectos negativos en la inflación de las guerras comerciales de Donald Trump y no son pocos los que tienen claro que la baja en los impuestos será una bomba de tiempo para las finanzas estadounidenses en el mediano plazo.

Donald Trump ha dejado que su belicosidad sobrepase sus propios logros. Por lo tanto, el pleno empleo, la inflación baja y la mejora salarial, quedan en segundo plano ante la brutal polarización que ha provocado en su propio país.

Hoy pues, muchos salen a votar con miedo de aquellos enemigos que les ha creado su propio presidente: migrantes, chinos y demócratas.

Otros salen a votar con rabia en contra de su propio mandatario y cuando emitan su voto por un representante del Congreso o por un senador lo harán pensando más en Donald Trump, en una especie de referéndum, que en la oferta individual del candidato en cuestión.