Elecciones 2024
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A pesar de las protestas de mujeres, fuera y dentro de Morena, el viernes pasado se oficializó la candidatura de Félix Salgado Macedonio al gobierno de Guerrero. Según la opinión publicada, la decisión pasará factura al Presidente y a su partido. En el programa que conduzco en Televisa, la encuestadora Lorena Becerra dijo que el impacto político podría equipararse al de Black Lives Matter en Estados Unidos.

Bajo esta óptica, la candidatura de Salgado, sumada a los agravios acumulados y a la falta de respuestas, estaría empujando a las mujeres a tomar una posición electoral tan antagónica como la que ya asumen muchos colectivos feministas.

Aunque no descarto ese desenlace, pues el movimiento feminista se ha convertido en una fuerza inasible para el gobierno, las encuestas no apuntan inequívocamente en esa dirección.

Es cierto que, en comparación con los hombres, las mujeres tienen posiciones claramente más favorables a sus causas y contrarias a las respuestas gubernamentales, en particular a la candidatura de Salgado.

Sin embargo, en esas valoraciones juega aún más el acuerdo presidencial. Esa es ahora la principal línea divisoria en la política mexicana. Así, por ejemplo, la aprobación al Presidente pesa más que el género en las evaluaciones sobre el apoyo oficial a las mujeres.

Según una encuesta digital de Consulta sobre el caso Salgado, levantada el fin de semana, el factor determinante al valorar las variables que inciden sobre la credibilidad de las denuncias o el aval de Morena a su candidatura es precisamente la aprobación al Presidente.

Mientras que entre quienes no lo aprueban no hay quien avale la candidatura, entre quienes lo apoyan tan solo 8 por ciento piensa que Morena actuó mal.

Y esto es así, en buena parte, porque el género está fracturado por el mismo factor: la nominación de Morena es rechazada por 89 por ciento de las mujeres que desaprueban al Presidente, muy por encima de 8 por ciento que se pronuncia en el mismo sentido entre quienes lo aprueban.

La política se juega en muchos planos. Sin duda, las exigencias de las mujeres estarán en uno de ellos. Pero, hoy por hoy, el que más peso tiene es el que divide al país entre los que aprueban al Presidente y quienes no lo hacen.