Elecciones 2024
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Pasan los días y las evidencias, y el ánimo de los mercados apuntan a que podría haber una recesión durante el 2023 como consecuencia del combate monetario a los altos niveles de inflación.

Son expectativas que se construyen en torno a la economía de Estados Unidos, pero inevitablemente se hace un pronóstico válido para México también.

Está superado el debate sobre si es más conveniente combatir los niveles tan altos de inflación, a costa de desacelerar el ritmo de expansión económica con el incremento en el costo del dinero.

Lo que parece increíble es adoptar una política de cerrar los ojos y pensar que aquí no pasa nada y trasladar esa ceguera al Paquete Económico del 2023.

Una cosa es el mundo fantástico de los otros datos de Andrés Manuel López Obrador, quien usa la tribuna presidencial para hablar a su clientela política con una visión totalmente alejada de la realidad económica, y otra muy diferente es que esa visión mágica se pretenda convertir en el Paquete Económico para el siguiente año.

No es lo ideal que el jefe del Ejecutivo prefiera un discurso propagandístico en lugar de hablar con la realidad de los datos duros, pero si hubiera instituciones sólidas, la Secretaría de Hacienda sería totalmente realista en sus propuestas.

Con las estructuras de división de poderes intactas sería posible que aún con un Paquete Económico imposible de cumplir que presentara el gobierno federal, el poder Legislativo tuviera esa autonomía necesaria para corregir las cifras y aprobar una Ley de Ingresos y Presupuesto de Egresos acordes con la realidad actual.

Simplemente, proyectar un crecimiento de 3% para el 2023 se encarga de tirar el resto de las estimaciones de ingreso y manejo de deuda pública. Y ni hablar de la calidad del gasto público que plantea el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación.

Y no es poca cosa estimar un crecimiento tan alto, porque eso proyecta ingresos más elevados para justificar un incremento de 13% en términos reales en el presupuesto de egresos.

Las apuestas en estos momentos sobre el comportamiento del Producto Interno Bruto de México (PIB) durante el 2023 van, desde las más optimistas, como 1.9% de la estimación más reciente del Banco Mundial, hasta 1.2% del pronóstico actualizado del Fondo Monetario Internacional.

Desafortunadamente, las revisiones que se han hecho recientemente apuntan a un crecimiento menor, cada vez más cercano a perder el dígito de expansión, y con una inflación que no se prevé menor a 4.5% a lo largo del 2023.

Con tales expectativas, deberíamos esperar que el Congreso actúe con autonomía para corregir las estimaciones imposibles de cumplir que les hace llegar la Secretaría de Hacienda.

Pero ¿cuáles son las posibilidades de que un grupo de serviles diputados, que son capaces de aprobar una ley secundaria que saben que viola la Constitución para traspasar la Guardia Nacional al Ejército, le corrija la plana al Paquete Económico que palomeó López Obrador?

Las correcciones se tendrán que hacer sobre la marcha y las facturas se reflejarán en la estabilidad de las finanzas públicas y el crecimiento de la deuda con respecto al PIB.

Las expectativas

Crecimiento irreal

Proyectar un crecimiento de 3% para el 2023 se encarga de tirar el resto de las estimaciones de ingreso y manejo de deuda pública.

Apuestas

Las apuestas en estos momentos sobre el PIB del 2023 van, desde las más optimistas, como 1.9% de la estimación más reciente del BM, hasta 1.2% del pronóstico del FMI.

Autonomía

Deberíamos esperar que el Congreso actúe con autonomía para corregir las estimaciones imposibles de cumplir que les hace llegar la Secretaría de Hacienda.