Elecciones 2024
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Para cuando inicie el gobierno de Andrés Manuel López Obrador dentro de una quincena, el dinero será más caro, habrá que desembolsar más pesos por dólar y el precio de las acciones en los mercados bursátiles habrá recibido una fuerte sacudida, aunque inicien un rebote durante los próximos días.

El panorama que se veía posterior a su elección en julio pasado se ha descompuesto de manera notable por factores internos. Básicamente por decisiones exclusivas del gobierno entrante.

En resumen, para cuando López Obrador se ponga la tan ansiada, anhelada, acariciada banda presidencial, los mercados financieros habrán manifestado sus inquietudes respecto al futuro de este país durante el mandato de este presidente de Morena.

Estamos hoy ante una combinación de angustias globales, como la relación comercial entre China y Estados Unidos o lo precios internacionales del petróleo. Hay factores de la relación bilateral México–Estados Unidos, como el uso político del acuerdo comercial trilateral por parte de la nueva mayoría demócrata en la Casa de Representantes. Y hay una larga lista de flagelos autoinfligidos por los que llegan a gobernar.

Ricardo Monreal, líder de los senadores de Morena, se envolvió en la capa del populismo y propuso desde su poder meterse en los terrenos de la autonomía del Banco de México para hacer que los abusivos bancos dejen de cobrar por sus servicios al pueblo bueno.

Lo de menos es preguntarse por qué López Obrador permitió que este personaje escalara hasta esa posición y hoy permita que se le voltee de esa manera.

Incluso, con un poco de frialdad es posible calcular que, si Ricardo Monreal con su carrera presidencial adelantadísima logra pasar con su mayoría esta iniciativa por el Senado, seguro que la disciplina lopezobradorista de la Cámara de Diputados la congela.

El problema es que Morena, sus legisladores y su presidente de la República electo han demostrado que son capaces de tomar decisiones que desafían la estabilidad.

Si no hay la comprensión de que los cientos de miles de millones de pesos que han perdido los bancos en capitalización bursátil no son una pérdida para los burgueses banqueros de sombrero de copa, sino para los tenedores de estos papeles, entre ellos los trabajadores a través de sus afore. Si no entienden esto, pueden mantener la ruta de colisión económica sin cambios hasta el desastre. Y no acaba todo en la oveja descarriada del Senado. La realidad es que los mensajes contradictorios son cosa de todos los días.

Una consulta amañada y dirigida ya tumbó la obra de infraestructura más grande del país en décadas. La cancelación de la construcción del aeropuerto de Texcoco fue un gran daño para la confianza y las finanzas. Al menos se creía que la lección había servido de aprendizaje. Resulta que no. Se prometió que después de esa pifia, nunca más se violaría la ley con procedimientos ilegales.

Bien, pues va de nuevo, una nueva consulta amañada y predecible, ahora para que su clientela lo alabe argumentando que piden a gritos una cascada de gastos en tus trenes y refinerías, además de becas para ninis.

¿Qué pasará si el pueblo bueno pide, a razón de siete a uno, que se aplique todo el gasto público que sea necesario para cubrir la agenda social y de infraestructura de López Obrador?

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