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Este viernes el Inegi habrá publicado el dato oportuno del Producto Interno Bruto (PIB) al cierre del segundo trimestre de este año.

El dato más útil será la comparación contra el trimestre inmediato anterior, cuando la pandemia de Covid-19 todavía mostraba uno de sus repuntes más letales en México. Esa comparación permitirá ver qué sectores tienen ya un despegue que apunte hacia la recuperación, seguramente el sector exportador. Y cuales podrían estar en un proceso de recuperación más plano, prácticamente es un hecho que muchas actividades de comercio y servicio del sector terciario.

Pero el dato que más habrá de llamar la atención es también en el que menos utilidad tendría para predecir el ritmo de recuperación. Con esta primera lectura del PIB del lapso abril-junio en su comparación del 2020 con el 2021 tenemos, seguramente, el aumento trimestral más elevado en la historia económica contemporánea.

La parálisis económica con todo y esa caída reportada del PIB del segundo trimestre del año pasado de -18.9% contrasta evidentemente con el dato publicado hoy y que seguramente servirá para que en la letanía mañanera se abuse de la ignorancia económica de la feligresía de la 4T.

Claramente el sector exportador jala los números que acreditan la recuperación económica. Pero dentro del mercado interno la historia es otra. Hay algunas empresas y sectores resilientes, otros tienen potencial. Algunos pocos combinan ambas cualidades.

Es de llamar la atención lo que ocurre con Fibra Educa, que es el primer y único fideicomiso inmobiliario enfocado al sector educativo. Este Fibra, que cotiza en la Bolsa Mexicana de Valores, ha logrado sortear todo este largo tiempo de pandemia sin resultados negativos.

Al cierre del segundo trimestre de este año Fibra Educa logró un crecimiento de su utilidad neta de 3.35% en la comparación con el segundo trimestre del año anterior. Y si hace falta alguna cifra espectacular, ahí está 106% de rendimiento de Fibra Educa en sus tres años de operación.

Muchos servicios se vieron afectados por la pandemia, simplemente por la falta de consumidores. Pero la educación formal logró mantener la matrícula por la continuidad necesaria que implica el sistema educativo.

Además, hay una peculiaridad que conocen muy bien los inversionistas de este Fibra. Destinar recursos a la operación de inmuebles para instituciones educativas de bajo costo cuando claramente las instituciones de educación públicas ven recortados sus presupuestos, implica una garantía de demanda por parte de aquellos que no logren cabida en el sistema público.

El fideicomiso respalda a instituciones como ICEL, que mantienen reconocimiento por su calidad académica, eso también atrae a estudiantes que no pueden sostener los pagos en instituciones más caras y que quieren mantener sus estudios. Esto, en términos de los inversionistas de Fibra Educa, implica una muy buena perspectiva en el mediano y largo plazos.

No son muchos los ejemplos de sectores que sirven al mercado interno que pueden presumir una buena resiliencia ante esta ya prolongada crisis económico-sanitaria y al mismo tiempo buenas expectativas futuras independientemente del ritmo de recuperación que tenga la economía.