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En el marketing existe, desde los años 70, un método para saber la opinión que el público tiene sobre determinado producto o servicio. Se trata de las que, en un principio, fueron llamadas “sesiones de grupo”; pero, como el inglés es para la publicidad y la mercadotecnia lo que el latín para el ritual católico, hoy el procedimiento es conocido como focus group. (Desde que el maíz es importado hasta los puercos hablan inglés, dicen en mi tierra).

El focus group consiste en juntar entre seis y 10 personas que correspondan con el target del consumidor potencial del producto o servicio objeto del estudio, es decir, que tengan las características socioeconómicas, la edad y el género del comprador deseado. Las personas invitadas a este tipo de reuniones -se les recompensa con un regalo o con dinero en efectivo- son sometidas a una serie de preguntas dirigidas por un moderador, de las cuales aflora la información que los patrocinadores del evento desean saber y que les sirve como punto de partida para el posicionamiento del producto o servicio en el mercado. También este tipo de investigación sirve para evaluar todo tipo de comunicación.

Las sesiones son grabadas en imagen y sonido, pero los interesados en saber de inmediato y detalle a detalle el testimonio de los participantes observan el desarrollo de la sesión a través de una cámara de Gesell: una separación marcada por un vidrio de visión unilateral, que es un espejo del lado donde están los componentes del grupo y es traslucido del lado donde se acomodan los observadores. (El ejemplo de una cámara de Gesell lo tenemos en las películas y series gringas: Es el lugar donde una víctima observa a un grupo de individuos para identificar, sin ser vista, al culpable. En México no necesitamos tal sofisticación. Aquí identificamos, de entre un grupo de detenidos, al culpable de un delito porque, por lo general, es el que está golpeado).

Tanto rollo para introducir el tema de hoy es porque les quiero compartir una pieza publicitaria encontrada en Internet. Se desarrolla en un focus group, tomaron las imágenes de dos sesiones, donde se está midiendo la opinión que los participantes tienen sobre un político, el candidato a gobernar el Estado de México, Alfredo del Mazo, quien, del otro lado del espejo, observa lo que se dice de él y se le ve reaccionar. Luego, ¡oh sorpresa!, el candidato sale a platicar con los posibles votantes.

Sin duda, la idea de la pieza audiovisual es original, los participantes de los dos focus que alternan en la producción definitiva no son actores profesionales, aunque se nota que fueron previamente entrenados para hablar de determinados temas. Hay que reconocer que en la representación campea la crítica o, mejor dicho, la autocrítica, un tanto cuanto light, pero aún así algo insólito entre los políticos mexicanos.

Uno de los componentes del grupo, el más crítico, dijo: “Bueno, a mí no me da buena impresión, más que nada por su familia, ¿no? Es primo de Peña Nieto”. Ya estando con ellos Del Mazo, viendo al joven, expresó: Ah, ¿qué más decías? Ah, que no te gustaba mi primo. Aprovechó el mexiquense para aclarar: “Soy pariente en octavo grado. Más allá del parentesco, la relación, pues sí, sí tengo relación, por supuesto, porque he trabajado con él”.

Ese mismo joven dijo que no le gustaba “su pelo pintado de cierto color blanco y luego de gris”. A ello el aspirante mexiquense dijo que no se pintaba el cabello: “Soy canoso desde niño. Bueno, desde que tenía como 22 años”. Enseguida preguntó: ¿Y qué más dicen de nosotros, entonces? El chavo preguntó: “¿Del partido?”. “No mías -aclaró el candidato del PRI-, del partido ya sabemos” (risas de los de la mesa). “Tú crees que no sé lo que dicen? Si tú vieras mis redes sociales, las divides, te quedas con un ‘cachito’ así de cosas buenas. Con una lista (señaló un espacio un poco más grande que el ‘cachito’) como de este tamaño de preguntas. Y como una lista como de este tamaño (le faltó mesa para mostrar el gran espacio) de mentadas de madre”.

A lo dicho por Alfredo III se impone una pregunta: ¿Por qué pertenece usted a un partido así?

De los cortes de manga para el Revolucionario Institucional, paso de inmediato a otra manga -especie de cómic japonés, a la que también se le denomina anime, así sin acento-, que el equipo del candidato subió a Internet con la intención de lograr simpatizantes entre los jóvenes. #DelMazo-Kun se llama el personaje al que se ve activando sus chacras “y nuestros corazones”. En otro cuadro se ve la figura de DelMazo-Kun limpiando el río Lerma y, en otra, al mismo personaje caminando por un bien cuidado bosque con la leyenda: “Si Senpai le hace esto al medio ambiente imagínate lo que le hará a tu corazón”. En otro DelMazo-Kun se enfrenta a un monstruo y se lee: “Senpai nos protege de cualquier problema colosal”.

Kun significa querido y senpai, el mejor discípulo del maestro. Esto me lo hizo saber un experto en manga y anime, mi sobrino nieto en sexto grado. (Es nieto de mi hermana y está en sexto grado de primaria. Tiene 12 años y no se tragó lo de los superpoderes del candidato mexiquense).