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El costo económico de una pandemia va más allá del costo en vidas humanas. Aún cuando el número de decesos sea relativamente pequeño, la actividad económica se ve impactada de diversas maneras, como pueden ser la disminución en la producción industrial, el comercio y el turismo, a raíz de las medidas de contención impuestas por las autoridades, así como por los cambios en el comportamiento de la población derivados de la crisis de confianza, miedo y hasta paranoia que puede generar una pandemia.

La mayoría de los estudios sobre los costos económicos y sociales de una pandemia moderna se basan en la crisis de influenza de 1918 en Estados Unidos, durante la cual murieron 675,000 personas en ese país (casi 1% de la población) y más de 40 millones a nivel global.

De acuerdo a un estudio del Banco Mundial, una pandemia mundial podría tener un costo global de 800,000 millones de dólares (aproximadamente 2% del PIB global) con decenas de millones de personas muertas. Es muy importante enfatizar que estos estimados del Banco Mundial describen un escenario pesimista y están basados en lo ocurrido durante la pandemia de 1918.

Sin embargo, el mundo ha cambiado de manera considerable desde 1918, por lo que puede ser más útil analizar la historia reciente de brotes de enfermedades altamente contagiosas y letales.

Uno de estos casos fue el brote de fiebre aviar en Asia de 1997, donde se estima que el impacto económico alcanzó 10,000 millones de dólares. En esa ocasión, el número de muertes fue relativamente menor y la mayor parte del costo estuvo relacionada con las medidas sanitarias enfocadas a contener la propagación del virus, que implicaron el sacrificio de millones de aves de cría para producción de alimentos.

Otro episodio fue el brote de SARS de 2003-2004 que afectó partes de Asia y Canadá con importantes conexiones al resto del mundo. La industria de servicios —particularmente el turismo y las aerolíneas— fue afectada de manera inmediata, mientras que el sector comercial y la manufactura sufrieron impactos más temporales.

Se estima que el costo económico del SARS se situó entre 25,000 y 30,000 millones de dólares. La mayor parte de este impacto se dio en los dos meses siguientes al brote de la enfermedad.

Conforme la enfermedad se controló y disminuyó el número de nuevos casos, también se fueron eliminando las recomendaciones para evitar viajes a la zona afectada. Esto coincidió con una recuperación importante de la actividad económica y la normalización del comercio y la inversión.

El caso del coronavirus en China está superando ya la crisis del SARS, en términos de número de contagios y muertes, y es altamente probable que su impacto económico sea también más severo.

La severidad dependerá de la efectividad de las medidas tomadas por las autoridades para evitar la propagación. Hasta ahora, el impacto tanto en términos de salud como económicos se ha concentrado en China y casos aislados en algunos países asiáticos.

Aunque la probabilidad de un brote significativo en el mundo desarrollado es baja, las consecuencias serían tan devastadoras que las autoridades han asignado la máxima alerta a controlar la situación en China y evitar la propagación de la epidemia.