Elecciones 2024
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Las estimaciones le fallaron al INE. A menos de 24 horas de que divulgaran el resultado de la encuesta abierta para elegir al nuevo presidente nacional de Morena, compareció Adriana Menéndez Romero en la sede central del organismo autónomo para “por su propio derecho” presentar su desistimiento a la candidatura al cargo. Demasiado tarde: el jueves 8, las tres casas encuestadoras ya habían terminado el procesamiento de la información generada en los días previos.

La militante morenista, originaria del Estado de México, obtuvo una de cada cinco respuestas generadas a favor de alguno de los cinco candidatos en las mediciones, reportadas como “empate técnico” por los consejeros electorales. Ninguna de las tres encuestas daba margen para la certidumbre, pero el INE en vez de decretar too close to call, prefirió cumplir a su manera con el mandamiento judicial y de paso faltar a los principios constitucionales.

Asesorados por matemáticos de la UNAM, expertos en conteos rápidos, los consejeros electorales dejaron su reputación en manos de los encuestadores. Y abdicaron de su obligación de dar certeza a la renovación de la dirigencia del partido gobiernista.

¿Es un problema de método o la herramienta tiene sus límites? Los asesores del INE integraron las cifras que por separado entregaron cada una de las tres empresas contratadas para levantar los cuestionarios. Covarrubias y Asociados reportó que sólo 55% de los respondientes de la entrevista tenían conocimiento de que la nueva dirigencia del partido sería electa por medio de una encuesta; por 46% de Parametría y 41% de Ulises Beltrán. Este despacho registró que uno de cada cuatro encuestados no quiso elegir entre los cinco candidatos incluidos en la medición.

“Los nombres se rotaron de manera que cada aspirante estuviera en cualquier lugar a lo largo de la encuesta y así la posición del nombre en la lista no incidiera en sus preferencias”, subrayó BCG, cuya medición reflejó un triple empate entre Muñoz Ledo, Delgado Carrillo y Menéndez Romero: ninguno superó los 25 puntos, aunque obtuvieron más de 20% de las preferencias. De las tres encuestas contratadas por el INE, fue la única que registró al veterano político como puntero.

“El INE no es experto en temas demoscópicos”, enfatizan los considerandos de los acuerdos del Consejo General emitidos, en cumplimiento de la sentencia del Tribunal Electoral. A través del director ejecutivo de Prerrogativas y Partidos Políticos, Patricio Ballados, fueron convocados los encuestadores; la invitación quedó restringida a socios del Colegio de Especialistas en Demoscopia y Encuestas (CEDE) y la Asociación Mexicana de Agencias de Inteligencia de Mercado y Opinión (AMAI).

“Porfirio y Mario están completamente intersectados, ni siquiera es posible interpretar quién quedó en primer lugar”, decretó Carlos Erwin Rodríguez en el seno de la Comisión de Prerrogativas y Partidos Políticos, “no hay manera de decir quién ganó. Alguno de los dos va a ser presidente”.

Posteriormente, en conferencia de prensa, los expertos ahondaron la confusión. “Hay una diferencia de dos votos solamente en favor de Porfirio. O sea, la diferencia es nada”, dijo Erwin Rodríguez, quien atribuyó a su colega Patricia Romero la “pericia” de convertir los márgenes traslapados en votos efectivos. “No sé si sea uno o dos votos, o si son 20, 50 o 100. Fue una encuesta y no una elección constitucional”, deslindó Andrés Levy Covarrubias.

La renovación de la dirigencia nacional de Morena “corresponde a un ejercicio estadístico que mide el porcentaje de preferencia y no el número de votos por candidato”, aclaró el INE en una tarjeta informativa que divulgó el pasado sábado 10, “una encuesta no se puede comparar con una elección porque no existen votos como tal, sino preferencias. A diferencia de una votación, donde un sufragio hace la diferencia, en una encuesta la preferencia tiene un intervalo de confianza y por ello no es una medición precisa”.

Ese documento estipula que Patricia Romero y Carlos Rodríguez fueron quienes consideraron la imposibilidad de cuantificar simplemente los votos por cada candidato, sin tomar en cuenta el intervalo de confianza y la representatividad nacional. Pero una cosa es la estadística y otra, muy distinta, los actos de autoridad. Y el conflicto político en Morena no puede ser responsabilidad de los encuestadores ni de los expertos de la UNAM.

En el 2006, ni las encuestas de salida de los medios ni el conteo rápido del entonces IFE permitían dar ganador de las elecciones presidenciales. Andrés Manuel López Obrador reclamó el recuento total de los votos y la apertura de las urnas, pero la autoridad judicial no lo permitió.

Aquella vez, la diferencia entre el ganador y el segundo lugar fue apenas de 0.56%, pero fue hasta que los magistrados electorales entregaron la constancia de validez que Felipe Calderón Hinojosa fue declarado presidente electo.

Las estimaciones de los demóscopos marcaban una diferencia de 0.05% entre los dos candidatos a la presidencia con mayores preferencias. Citlalli Hernández fue ganadora para la secretaría general y quedará inscrita en el libro de registros de dirigentes, en cumplimiento con los plazos estipulados en la sentencia. Si el Tribunal no concede la ampliación del plazo, la senadora con licencia podría asumir la dirigencia partidista, como encargada de despacho en funciones de presidenta.

Efectos secundarios
DESAUTORIZADOS. En su calidad de presidente de la Comisión de Salud, el senador Miguel Ángel Navarro Quintero articuló los respaldos para una iniciativa de reforma que convertiría a la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris) en un órgano descentralizado. Esto, luego de que el Ejecutivo anunciara que la subsecretaría de Promoción y Prevención de la Salud asumiría las funciones de la dependencia que aún encabeza José Alonso Novelo. En el camino quedó la propuesta panista de crear un ente autónomo, transexenal y cuyos integrantes fueran designados por el Congreso… y después de un regaño público en la mañanera del pasado jueves 8, dicha propuesta irá a la congeladora. Todo, para Hugo López-Gatell… ¿Y el legislador nayarita? Pronto deberá dejar su escaño, para buscar la candidatura de Morena a la gubernatura, en una decisión que —de confirmarse— dejaría a la Cámara Alta con 127 integrantes pues Navarro Quintero no tiene suplente, tras de que Daniel Sepúlveda fuera declarado inelegible, por ser ministro de culto. Ya fuera porque su voto es necesario o porque habría perdido apoyos en Palacio Nacional, el legislador ha visto debilitadas sus aspiraciones a la nominación también por la irrupción de otros dos suspirantes: el coordinador de los programas federales, Manuel Peraza Segovia, y el empresario Nayar Mayorquín.

PROPÓSITOS. El Premio Nobel de la Paz será para el Programa Mundial de Alimentos y justo ese viernes 16, la FAO llama a conmemorar el Día Mundial de la Alimentación. De acuerdo a esa agencia de las Naciones Unidas, más de 113 millones de personas en 53 países sufren hambre extrema que requiere asistencia alimentaria, nutricional y de medios de vida urgente, mientras que cerca de 14 % de los alimentos producidos para el consumo humano se pierden cada año antes de llegar al mercado mayorista. Tan sólo el año pasado, el PMA asistió a 97 millones de personas en 88 países, muchos de ellos afectados por la guerra y los desastres naturales.

Acabar con el hambre, lograr la seguridad alimentaria y mejorar la nutrición es un elemento esencial para romper el ciclo de pobreza que aflige a los pobres y vulnerables del mundo, y es fundamental tanto para los Objetivos de Desarrollo Sostenible como para la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Para los especialistas en salud pública, la proteína cárnica es una importante fuente de aminoácidos no esenciales que tienen propiedades antioxidantes y potencian las funciones neurológicas y musculares.