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Lo bueno: el alza de tasas deja muy claro el compromiso del Banco de México para evitar que la inflación se salga de control. La Junta de Gobierno del banco central vota por unanimidad este aumento y manda un mensaje de cohesión e independencia. El objetivo del Banco de México es llegar a 3 por ciento de inflación en el primer trimestre del 2019, pero ahora está en 4.51 por ciento (considerando 12 meses de mayo a mayo).

Lo bueno 2: el Banco de México no tiene como mandato defender el tipo de cambio del peso frente al dólar, pero su Junta de Gobierno es consciente del efecto que tiene en el valor del peso un aumento de la tasa de referencia. Por lo pronto, ayer la divisa mexicana ganó alrededor de 20 centavos frente al dólar. Los expertos coinciden en que esta revaluación es momentánea, pero es importante destacar que no es insignificante. Más aún: demuestra que el Banxico tiene músculo para hacerse notar en el mercado cambiario. En la última semana, la sola expectativa del alza de tasas generó cinco días de apreciación del peso en los que se dio una revaluación de 2.7 por ciento frente al dólar. Esto es importante porque uno de los factores que alimenta la inflación es la depreciación del peso (junto con el incremento de los precios de los combustibles). La divisa mexicana ha perdido 12.5 por ciento del 17 de abril a la fecha.

Lo malo: el alza de tasas encarecerá el costo del dinero y contribuirá a frenar la economía. Los bancos y empresas del sector financiero no suben las tasas de sus créditos inmediatamente después del anuncio de Banxico, pero no pueden sustraerse a la variación en el costo de su “materia prima”. No hay un solo jugador que ignore que la tendencia de mediano plazo implica el encarecimiento del dinero.

Lo malo 2: el gobierno mexicano tendrá que gastar más por el pago de intereses de su deuda (que en total supera los 6.7 billones de pesos). Cada cuarto de punto de alza en las tasas del Banxico significa una erogación adicional de 16 mil 748 millones de pesos anuales, de acuerdo con un cálculo hecho por José Luis Caballero de El Economista. Gastar más en el pago de intereses implica tener menos recursos para las tareas sustantivas del sector público.

Lo feo: el alza en las tasas continuará en los próximos meses, entre otras cosas porque la Reserva Federal de Estados Unidos seguirá endureciendo su política monetaria. La Fed ha anunciado dos incrementos más para el 2018 y dos o tres en el 2019. Cabe hacer notar que el Banco de México ha replicado los últimos siete aumentos de tasas de la Fed.

Desde diciembre del 2015, la tasa de interés del Banxico ha pasado de 3.00 por ciento hasta 7.75 por ciento. Si consideramos que la inflación está en torno a 4.50 por ciento, significa que la tasa de interés real está por encima de 3 por ciento. Esto es uno de los niveles más altos para México en más de una década.

Lo feo 2: podemos dar por hecho que las alzas de tasas del Banxico continuarán, pero no podemos estar seguros de que serán suficientes para controlar la inflación y “defender” el peso en el futuro próximo. Vienen nuevas rachas de volatilidad cambiaria, por la tensión comercial que está provocando la administración Trump en todo el mundo y, también, por lo que está a punto de pasar en el escenario político mexicano.