Los 60 mil millones anuales que promediaron las remesas de 2018 a 2024, permitieron a López Obrador convertir ese ingreso, no producido por su gobierno, en motor del consumo: sí, pan para hoy, y hambre para mañana. Por eso la migración
El gobierno de Sheinbaum paga el error de López Orador de convertir las remesas de los migrantes en el motor del consumo en México: de enero a septiembre, llegaron tres mil millones de dólares menos, que los que llegaron siempre de 2018 a 2024.
Lo de López Obrador con las remesas, como en casi todo, fue la estrategia de pan para hoy y hambre para mañana: nunca escuchó los avisos de EU de que el narco lava dinero ocultando la ruta en cuentas legítimas y depósitos con compañías de remesas.
Y EU insiste: emitió ayer una alerta para pedir a empresas transmisoras de dinero reforzar controles para detectar, identificar y denunciar trucos en las transferencias a México, realizadas por indocumentados.
Según EU, los narcos reclutan amas de casa, jóvenes y trabajadores mexicanos sin papeles, y les ofrecen una comisión de 15 por ciento por cada trasferencia no mayor a mil dólares ni menor a 300, a nombre de la persona que le indiquen en México.
La baja también se debe a medidas de Washington que redujeron la entrada de migrantes, y porque la economía de EU tiene menor demanda de personal en sectores de alimentación, hospedaje y recreación, que son los que más utilizan a indocumentados.
Sin embargo, la alerta de ayer de EU enfatiza en que existe un volumen significativo de remesas, en especial en Arizona, California y Texas, por el uso del sistema financiero legal para ocultando la ruta transferencias electrónicas sucias.
Ya desde 2023, el tema del lavado de dinero cayó sobre el Banco del Bienestar y, en coincidencia, el gobierno de López Obrador lo sacó del mercado de remesadoras y hasta fue multado por “laxitud de medidas antilavado y operaciones de cobro o pago”.
El 23 de marzo, el diario El País publicó:
La sombra del lavado de dinero planea sobre los envíos de dinero que recibe México por remesas que, de ser investigados por EU debido a la sospecha de su procedencia ilícita, supondría el congelamiento de miles de recursos de pensiones, becas y ayudas que entrega esta Administración a las personas con menos recursos a través del Banco del Bienestar.
Durante la administración de Enrique Peña, México sólo recibía al año 24 mil millones de dólares en remesas; mientras que la administración de López Obrador imponía un récord cada año, rebasando cada vez los 60 mil millones de dólares.
Los 60 mil millones anuales que promediaron las remesas de 2018 a 2024, permitieron a López Obrador convertir ese ingreso, no producido por su gobierno, en motor del consumo: sí, pan para hoy, y hambre para mañana. Por eso la migración.
Ahora, el gobierno de Sheinbaum paga aquel el error de López Orador.
