Elecciones 2024
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Faltan 48 horas para la auscultación externa a los candidatos a la dirección general del CIDE y en ciernes, una rebelión contra el interino, quien pretende quedarse en el cargo y tiene en contra a los académicos.

La directora general del Conacyt, Maria Elena Alvarez-Buylla, deberá entrevistar a los aspirantes, José Antonio Romero Tellaeche y el exdiputado perredista Vidal Llerenas. Pero antes de designar al nuevo titular de la institución, tendrá que resolver la disputa interna.

La elección del sustituto de Sergio López Ayllón está en curso. La primera etapa concluyó el pasado jueves 11, cuando los dos candidatos registrados presentaron su proyecto en una “auscultación interna” que fue semipresencial. Romero Tellaeche —quien llegó al interinato en febrero pasado— mantuvo su actitud hostil hacia el claustro de profesores e investigadores y en su comparecencia denunció la “prostitución académica” imperante en esa casa de estudios.

Al día siguiente, en su calidad de director interino, Romero Tellaeche remitió una comunicación electrónica a los profesores e investigadores para notificar sobre la suspensión de las sesiones que sostendría las comisiones académicas dictaminadoras (CADIs), instancias que evalúa y define sobre la permanencia de la planta académica, programadas para el 16 y el 17 de noviembre.

“El CIDE se encuentra en proceso de designación de su director general y como tal, quien sea designado en el cargo es la persona indicada para desahogar los puntos a tratar en la Comisión”, argumentó el director interino. “De la misma manera la secretaría académica puede cambiar con la nueva administración”, agregó.

En preparación de esas reuniones, Celine F.A. González Schont, directora de evaluación académica, realizó una consulta al titular de la Unidad de Asuntos Jurídicos sobre las posibles causas de prórroga o suspensión de esas reuniones. El director general —reiteró la respuesta, generada el 9 de noviembre— está facultado para proponer que las sesiones del CADI sean pospuestas, pero que debía contar con la validación de los 22 integrantes —entre quienes se cuentan los directores de las divisiones académicas y la secretaria general— de esas instancias, que por estatuto están obligadas a sesionar cuando menos una vez cada semestre.

González Schont, a través de oficio DEA/00011/21, emplazó al directivo a confirmar su asistencia a las sesiones y le advirtió sobre el riesgo de suspenderlas, ya que esa decisión unilateral podría considerarse violatoria a los derechos académicos y laborales del personal del CIDE. Ante el riesgo de incumplimiento a la normatividad interna, González Schont y Catherine Andrews, secretaria académica, instalaron las CADIs ayer, a las 8:00 horas. Una hora después, Romero Tellaeche les comunicó su remoción con efectos inmediatos y solicitó a los dictaminadores “no formar parte de este acto de rebeldía. Cualquier decisión tomada en estas reuniones quedarán sin validez”, advirtió.

A los directores de las divisiones académicas, les dijo: “no existen las condiciones necesarias para llevar a cabo las evaluaciones, motivo por el cual les pido su valioso apoyo para notificar a los profesores externos que habían sido convocados”.

Por la noche, Andrew hizo público un relato pormenorizado de su enfrentamiento con Romero Tellaeche. “Queda claro que no he incurrido en ‘actos de rebeldía’, sino que he sido destituida por insistir en el cumplimiento de las normas y estatutos que regulan las tareas y obligaciones de la secretaría académica”, deslindó.