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#Video La urgencia de un nuevo contrato social para América Latina
Seminario Latam Poscovid. Foto de UNAM

La pandemia ha develado graves problemas y magnificado otros, por lo que es tiempo de pensar nuevas respuestas para superar el malestar y la desconfianza hacia la democracia. La necesidad de un nuevo contrato social es una de las reflexiones en la que coincidieron Carina Perelli, Carlos Malamud, Daniel Zovatto y José Woldenberg, quienes protagonizaron el webinar “América Latina tras la pandemia del COVID-19. La sociedad y la economía del futuro”.

Un foro organizado por las Universidades Autónoma de Madrid, Católica de Santiago de Guayaquil, Nacional Autónoma de México y Federal de Río de Janeiro, junto con la Sociedad para el Avance de la Socioeconomía, y que fue coordinado por Ciro Murayama (consejero electoral del Instituto Nacional Electoral de México) e introducido por Leonardo Lomelí (Secretario General de la UNAM).

José Woldenberg, profesor de la UNAM, inició la conversación recordando el cambio que ha vivido América Latina desde la ola de optimismo democrático de los primeros años del siglo XXI, al presente desencanto que se extiende por la región. Al respecto, Carina Perelli, experta internacional en gobernanza y directora de la División de Asistencia Electoral de Naciones Unidas, destacó la fuerte crisis de representación, que se constata con la fragmentación de la sociedad en grupos que ya no comparten una misma realidad.

Perelli alertó de la fragmentación del mismo concepto de ciudadanía, una situación agravada por el aislamiento y los efectos de la pandemia. Es en este contexto que desde la ciudadanía se buscan soluciones mágicas, antipolíticas, antipartidistas, que convierten al otro en un enemigo potencial.

Estamos sentados en un polvorín”, afirmó. Por ello, ante opciones autoritarias o que miran al pasado, Perelli abogó por ser imaginativos y reflexionar de manera modesta pero creativa. “Repensar los arreglos institucionales para que se adecúen al momento, volver a atraer a la gente hacia la ciudadanía”, indicó.

En ese sentido, señaló que no se puede hablar de vuelta a la normalidad o de una restauración, ya que supondría continuar con los mismos problemas agravados, y con personas que viven en realidades que nunca llegan a tocarse. Así, hizo un llamado a la reflexión que vaya más allá de los eslóganes sobre cómo procesar los cambios, la realidad tecnológica y de la pandemia.

RESPUESTAS REGIONALES

Carlos Malamud, investigador principal del Real Instituto Elcano (España), recordó que mediciones como las del Latinobarómetro vienen señalando la pérdida de confianza en la democracia desde hace años. En ese contexto, la pandemia vino a afectar los procesos electorales y la vida parlamentaria, ya que los diferentes parlamentos o bien suspendieron su actividad o se trasladó al ámbito virtual, lo que impuso cortapisas a la labor de control de los poderes ejecutivos.

Malamud apuntó que con el declive de la pandemia ha re-emergido la protesta social, cuya curva se acható con el avance del covid-19, pero que ha mutado como el virus para reaparecer más fuerte. Sin embargo, las respuesta de diversos gobiernos ha pasado por la remilitarización y el egoísmo, en lugar de buscar respuestas regionales coordinadas. A su juicio, integración y soberanía no son sinónimos, no pueden confluir de manera armoniosa, por lo que pueden hacer zozobrar intentos de integración regional, que hubieran sido útiles para resolver problemas como el acceso a las vacunas.

Ante este retador panorama, Malamud sostuvo que la solución pasar por la reformulación de contratos sociales, una nueva negociación de la que tienen que participar de forma imprescindibles las nuevas y viejas élites, tanto económicas, como políticas, sociales o culturales. Un cambio que debe adaptar y modernizar los sistemas democráticos.

APUESTA POR LA REDISTRIBUCIÓN

Por su parte, Daniel Zovatto, de la organización IDEA-Internacional en Santiago de Chile, comenzó su intervención recordando una cita del célebre Cantinflas: “Estamos peor pero estamos mejor, porque antes estábamos bien pero era mentira, no como ahora que estamos mal, pero es verdad”. Con esta provocadora idea, subrayó la necesidad de crear nuevos marcos conceptuales para poder entender y dar respuesta al gran cambio y aceleración que viven nuestras sociedades.

Zovatto señaló que en América Latina, a los problemas clásicos que se arrastran desde los siglos XIX y XX, se suman los del XXI, como el cambio climático, la IV Revolución Industrial o la reconceptualización del capitalismo y de la globalización. En este sentido, defendió una revalorización de lo público al estilo de las políticas del presidente estadounidense Joe Biden. Un Estado que funcione y que debe ser financiado por una reforma tributaria progresiva que, consideró, la región necesita desde hace décadas.

En cuanto a la recuperación tras la pandemia, afirmó que es un error apostar únicamente a que los rebotes en tasas de crecimiento sean la solución. “Las élites tiene que distribuir”, aseguró, puesto que durante los meses de pandemia, según datos de Fortune, el número de multimillonarios en América Latina pasó de 76 a 107.

Así, Zovatto insistió en que no se puede restablecer el viejo modelo con algunos ajustes, ni criminalizar las protestas, sino que es necesario renegociar los contratos sociales, y poner la política y la gobernanza eficaz y democrática en el centro de la agenda.

Como conclusión, Ciro Murayama, también profesor de la UNAM, destacó que sin el papel de las ciencias, y sin la reflexión documentada que tiene lugar en las universidades, sería imposible aproximarse a la comprensión de los problemas y a sus soluciones.