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Permanencia de Maduro en Venezuela preocupa a diplomáticos
Foto de Marcelo GARCIA/Venezuelan Presidency/AFP

La euforia generada en algunos círculos diplomáticos de varios países, principalmente de Estados Unidos, por el surgimiento de Juan Guaidó y la expectativa de la caída de Nicolás Maduro en Venezuela ha sido reemplazada por frustración ante la permanencia en el poder del dictador y preocupaciones por la intromisión de Rusia y China, señalan algunas fuentes.

La situación de Venezuela ha llevado a diplomáticos, líderes extranjeros y algunos funcionarios de Estados Unidos a revaluar sus expectativas y creer que, a menos que haya una intervención militar, Maduro no dejará el poder a pesar de las severas sanciones.

“Maduro definitivamente ha demostrado que es más resistente de lo que pensaba la gente. Eso es un hecho”, dijo un diplomático latinoamericano de manera anónima.

Los diplomáticos extranjeros en Washington manifestaron que le creyeron a algunos miembros del gobierno de Trump de que Juan Guaidó asumiría el gobierno de Venezuela; por ello, se decepcionaron al ver que el régimen aún no ha caído.

“Hubo una reacción de euforia cuando sentimos que era el final de Maduro”, dijo Fernando Carrera, ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala en 2013 y 2014. “Lo sentí. Yo era parte de ese grupo. Pensé que Maduro se había ido. Pero Guaidó no pudo hacerlo. La administración de Trump no pudo hacerlo. Y los chinos y los rusos han aumentado demasiado el riesgo”.

Elliott Abrams, enviado especial de Trump para Venezuela, dijo al medio McClatchy que no existe la capacidad de predecir exactamente cuándo caerá la dictadura en Venezuela, pero “confiamos en que el régimen de Maduro llegará a su fin”.

“El final para él debería ser abandonar Venezuela, y cuanto antes mejor, porque su situación solamente empeorará cuanto más tiempo se aferre al poder”, aseveró.

Algunos diplomáticos de la región sostienen que la presión económica, particularmente las sanciones de Estados Unidos, podría no ser suficiente para echar a Nicolás Maduro si el pueblo no se levanta.

El mandatario ha podido mantener el control territorial de Venezuela pese al reconocimiento por parte de más de 50 países, incluyendo Estados Unidos, de Juan Guaidó como presidente interino.

Los generales venezolanos, considerados por Estados Unidos como clave para controlar a la población, se mantuvieron fieles a Maduro a pesar de las amenazas encubiertas por parte de EE.UU. de emprender acciones militares.

Algunos argumentan que para que las sanciones tengan un impacto, debe pasar tiempo. El sector petrolero de Venezuela representa hasta el 70 por ciento de los ingresos del régimen.

Otro diplomático indicó que las sanciones bancarias, impuestas la semana pasada en represalia por el arresto del jefe de personal de Juan Guaidó, también podrían tener un impacto casi igual de devastador en la capacidad de Nicolás Maduro de mantener su base.

“Será difícil para Maduro pagar a sus servidores públicos”, aseguró el diplomático regional. “Eso dolerá mucho”.

Un alto funcionario del gobierno Estados Unidos expresó que ese país y sus aliados regionales siguen comprometidos a que Maduro se vaya y se restablezca la democracia. “El impulso permanece firmemente del lado del presidente interino Juan Guaidó y la Asamblea Nacional”, comentó.

La semana pasada, el presidente Trump se reunió con la esposa de Guaidó, Fabiana Rosales, en la Oficina Oval, donde tocaron temas relacionados con la crisis en Venezuela y las preocupaciones en torno a la seguridad del autoproclamado presidente interino.

“Esta es una pelea de vida o muerte“, le dijo Rosales a Trump. “Sabemos que lo que triunfará al final es la vida. Usted será parte del proceso”.

El gobierno estadounidense parece comprometido en todos los niveles con la crisis en Venezuela. El asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, tuitea regularmente sobre el país sudamericano.

“Lo que está sucediendo en Venezuela es una crisis artificialmente provocada por las acciones de Maduro y su banda de ladrones. Estados Unidos y sus socios internacionales responsables están listos para ayudar al pueblo venezolano a reconstruir y prosperar”, escribió el asesor este viernes.

Abrams comentó que no ve que el tema de una transición democrática en Venezuela esté perdiendo impulso en Estados Unidos, mencionando que es una preocupación de Trump, Mike Pence y Bolton. “Ciertamente, el secretario (de Estado) Pompeo dedica mucho tiempo a esto”.

José Cardenas, quien formó parte del Consejo de Seguridad Nacional en la administración de George W. Bush y mantiene contacto con la administración Trump, comentó que “hay mucha presión proveniente de la Casa Blanca para ser creativos, entregar ideas”.

Trump anunció recientemente, durante una reunión con su homólogo brasileño, Jair Bolsonaro, que Estados Unidos todavía no había emitido las sanciones más duras; días después la administración anunció nuevas medidas que, según dijo Bolton, esencialmente excluirían al gobierno de Maduro del sector financiero internacional.

Abrams sostuvo que con estas acciones “estamos cerrando el acceso de Maduro a su riqueza ilícita y trabajando para garantizar que sus amigos ya no puedan robar activos del pueblo venezolano”.

Personas familiarizadas con la estrategia de Estados Unidos sostienen que el país ya impuso sus sanciones más fuertes, salvo que se opte por una incursión militar.

Si las presiones económicas no son suficientes y la opción militar está fuera de la mesa, a los diplomáticos les preocupa que la huida masiva de venezolanos disminuya el potencial de un levantamiento popular.

La mayoría de los venezolanos viven actualmente en la pobreza, al tiempo que el producto interno bruto del país se ha reducido casi a la mitad de lo que era hace cinco años. La inflación alcanzó el 1 millón por ciento en 2018.

Robert S. Litwak, exdirector de No-proliferación del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, sostiene que la historia ha demostrado que las sanciones por sí solas no son la forma más efectiva de forzar un cambio de régimen.

“Mira, Cuba ha sido sancionada por 60 años. Hemos impuesto las sanciones más rigurosas. (En Cuba) la gente conduce autos de la década de los 50 y ha evitado las sanciones. Pero no ha colapsado el régimen”, comentó.

Litwak señaló también los casos de Irak, Libia, Corea del Norte e Irán, países en los que tampoco se alcanzó el objetivo de un cambio de régimen.

“Hace poco, hace una semana, hablé con cuatro o cinco asesores latinoamericanos, y todos son muy pesimistas” dijo Michael Shifter, quien como presidente del Diálogo Interamericano tiene vínculos profundos con muchos líderes de América Latina. “Me deprimió. Y no soy exactamente el ‘Señor Optimismo'”.

Con información de McClatchy