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Migrante rumano que trabajó para Trump enfrenta deportación
Foto de AFP

Un hombre originario de Rumania que trabajó como chofer para el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lleva ocho meses bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y enfrenta la deportación.

Durante la campaña presidencial de Trump en 2016, cuando los hijos del magnate y su equipo llegaban a un aeropuerto del sur de Florida, a menudo Zoltan Tamas los recibía a bordo de una Cadillac Escalade color negro.

Como guardia de seguridad del Trump National Golf Club en la ciudad de Jupiter, Tamas tenía licencia para portar un arma.

El rumano compró una casa, pagaba impuestos y nunca entró en conflictos con la ley desde que llegó legalmente a los Estados Unidos en 2011.

Sin embargo, el hombre de 38 años lleva encerrado ocho meses en un centro penitenciario del ICE mientras libra una prolongada batalla legal para permanecer en Estados Unidos.

En el mencionado tiempo, Zoltan Tamas no ha visto ni una vez a su esposa, Alina Rogozan, ni a sus hijos.

Tamas es víctima de la represión contra la migración que lidera la agenda de la administración de Trump.

El migrante, poseedor de una Tarjeta Verde (la cual permite a un extranjero vivir y trabajar permanentemente en Estados Unidos), fue detenido cuando una verificación de antecedentes reveló que había sido condenado en ausencia de cometer fraude en Rumania; el país no solicitó la extradición.

El abogado de Tamas está apelando la decisión de un juez de deportarlo y exige al ICE que pongan en libertad a su cliente mientras el caso pasa por la Corte; sin embargo, la agencia dijo que debe permanecer detenido.

“Zoltan no fue capturado al cruzar la frontera”, comentó Mario Urizar, abogado de Tamas, sosteniendo que no hay riesgo de fuga en este caso.

“Estaba legalmente en el país, pagando impuestos y no tiene antecedentes penales en los Estados Unidos. ¿Por qué lo mantendrían detenido? Deberían usar su poder discrecional para liberarlo”, expresó.

Tras trabajar con Trump, Zoltan se convirtió en chofer de Five Star Transportation, una compañía que atiende a varios enclaves costeros en el sur de Florida.

En 2016, como residentes legales de Estados Unidos por casi cinco años, Tamas y su familia fueron elegibles para convertirse en estadounidenses naturalizados. Completaron los formularios, se les tomaron las huellas digitales y completaron los exámenes biométricos.

Meses después, a Alina Rogozan, esposa de Zoltan, se le notificó que había sido programada para una entrevista con un oficial de inmigración.

Sin embargo, no ocurrió lo mismo con Tamas. Tras contactar a las autoridades, estas le dijeron que su verificación de antecedentes no se había completado.

Alina Rogozan y sus dos hijos se convirtieron en estadounidenses en abril de 2017.

En junio de 2018, Zoltan Tamas recibió una carta por parte del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas solicitando que se presentara en la oficina de la dependencia para dialogar sobre su “inadmisibilidad” en los Estados Unidos por el cargo por el que fue condenado en Rumania.

Cuando Tamas y su esposa llegaron al ICE, los oficiales le dijeron que sería detenido y sin más explicación fue encerrado.

Un juez ordenó que Tamas fuera retirado de Estados Unidos; ante esto, su abogado presentó una moción para reabrir el caso ante la Junta de Apelaciones de Inmigración, que ya había confirmado la orden de deportación de la corte de inmigración, y presentó una petición de revisión ante una corte de apelaciones federal.

Hasta el momento, ambos recursos legales están pendientes. Aunque cuenta con el apoyo de Scott M. Rocklage, un capitalista de riesgo en la industria de la biotecnología, quien se ofreció como testigo de carácter para respaldarlo, se desconoce si esto vaya a funcionar.

Mientras que Tamas se encuentra recluido en Crawfordville, Florida, su familia intenta sobrevivir sin su principal fuente de ingresos.

Con información de New York Times