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Es triste que desde la Iglesia se ataque al papa: arzobispo de Bogotá
Foto de AFP

“Es triste pensar que haya, dentro de la Iglesia, gente que ataque y acuse al papa”. Con esta poderosa reflexión inició la entrevista de Rubén Salazar al Vatican Insider. El clérigo es arzobispo de Bogotá en Colombia y presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano

Durante la misma, aseguró que son injustificados los señalamientos contra Francisco por los casos de abusos de menores por parte de sacerdotes, aunque señaló que la Iglesia no tiene miedo a que se investiguen.

Salazar estuvo estos días en roma para la última visita anual de la cúpula del Celam, que vive sus últimos meses de un periodo de cuatro años.

¿Cuál es el balance del trabajo en el Celam? 

Claramente cuando se hace un balance hay luces y sombras. Hay luces porque se ha continuado un trabajo desarrollado desde hace más de 60 años y, sobre todo, después de Aparecida, hace 11 años, la misión del Celam tomó un rumbo muy especial que tratamos de profundizar. Sombras porque siempre queda el sinsabor por no haber podido llegar a todos los obispos de América Latina y el Caribe para apoyarlos, que es nuestra función. Seguramente por falta de recursos, quizás falta asumir metodologías más modernas. Aunque todavía no hacemos un balance definitivo porque aún nos quedan unos seis meses de trabajo, ya vemos que hubiéramos podido hacer mucho más en diversos campos.

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Ruben Salazar, arzobispo de Bogotá. Foto del Vatican Insider

¿En qué se ha concentrado el trabajo del Consejo? 

Estamos tratando de proyectar la misión del Celam más allá de un periodo corto de tiempo, hablamos del 2033 como meta, porque ese año se cumplirán los dos mil años de la redención y en el 2031 se cumplirán los 500 años de la aparición de la Virgen de Guadalupe en México, decisiva para la evangelización de América Latina. Queremos ver cuál será la dirección del Consejo en estos años, tratando de responder a los grandes desafíos, en este momento en la vida de la Iglesia y de la sociedad.

¿Cuáles son esos desafíos? 

El gran desafío es siempre llevar el evangelio al mundo de hoy, esto cada vez adquiere proporciones y formas diferentes de acuerdo a los ambientes. La gran pregunta es esa: ¿cómo se evangeliza? ¿cómo se lleva el testimonio cristiano al mundo de hoy? Ahora, especialmente en América Latina, debemos tener en cuenta aspectos como los cambios políticos profundos en diversos países, el problema de las migraciones que es sumamente serio, la presencia de la miseria y la pobreza, el reto de la inequidad y la desigualdad, no solamente en el campo económico.

Cada 10, 12 o 15 años aproximadamente tiene lugar una conferencia general del episcopado latinoamericano. Ya pasaron 11 años desde la celebración de la última en Aparecida (Brasil), ¿se está pensando en preparar una nueva conferencia? 

Creo que es prematuro pensar en una nueva conferencia general del episcopado latinoamericano porque todavía no hemos asimilado suficientemente el documento de Aparecida y, mucho menos aún, el documento magistral del Papa Francisco “Evangelii Gaudium”. Tenemos además la “Laudato Si”, que promueve nuevas formas de evangelizar. No es conveniente organizar un nuevo evento eclesial que lleve a otro documento. Necesitamos asimilar más a fondo lo que ya tenemos.

El desafío más actual a su misión de la Iglesia parece ser el retorno de la crisis por los abusos sexuales contra menores en diversos países. ¿Cómo se vive esto en América Latina? 

Es una situación que indudablemente nos afecta a todos en la Iglesia. Ya en América Latina tenemos el caso dolorosísimo de Chile, pero en los otros países sabemos que no estamos exentos de vivir casos similares porque no hemos esculcado lo que ha ocurrido hace 50, 60, 70 años, como ha pasado en Estados Unidos por ejemplo. Puedo decir con la conciencia tranquila que nosotros, en los últimos años, hemos actuado como se debía actuar; aún así, no sabemos lo que ocurrió 30 o 50 años atrás. Esto no porque queramos echarle la culpa a los anteriores obispos, sino porque la situación era otra. El gran problema, cuando nos enfrentamos a hechos del pasado, es que queremos aplicarle a esas situaciones los criterios actuales.

¿Entonces usted no descarta que pueda explotar en el futuro otra crisis por abusos del pasado en algún país latinoamericano? 

No se puede descartar. Pienso que existe una actitud de perfecta apertura de la Iglesia, no nos importa que esculquen, que hurguen, que traten de descubrir toda la verdad porque estamos convencidos de que la verdad nos hace libres y estas verdades terriblemente dolorosas, angustiosas, también son ocasión de replantearnos muchas cosas en la formación de los sacerdotes, en la vida misma de los clérigos, en el ejercicio del ministerio, en la forma en que se relacionan muchas cosas al interior de la Iglesia. Todo esto es purificador, aún cuando sea extremadamente doloroso.

¿Qué expectativas tienen ante la convocatoria del Papa a todos los presidentes de las conferencias episcopales para abordar el problema de los abusos en febrero de 2019? 

Cuando yo era presidente de la conferencia episcopal colombiana, hace ya 10 años, se planteó por primera vez el asunto claramente en una asamblea general de los obispos. Desde entonces hemos tenido la conciencia muy clara sobre la necesidad de establecer políticas para la protección de los menores, que se deben evitar ciertas situaciones, que se tienen que tomar precauciones en todos los campos para que jamás se verifiquen estas situaciones. Así es en toda la Iglesia, ya desde hace unos cuantos años. La aspiración es que siempre exista el castigo del crimen, en primer lugar, después el resarcimiento a la víctima y el tomar las precauciones para que algo así no se vuelva a repetir.

¿Qué piensa de los ataques contra el Papa Francisco en este tema? 

Para nosotros, que conocemos toda la preocupación del Papa y toda su real voluntad porque estas situaciones jamás se vuelvan a presentar, que se resarzan los daños causados a las víctimas, es triste pensar que haya dentro de la Iglesia gente que lo esté atacando y acusando, justamente en este campo en el cual está actuando con plena sinceridad.

¿Los ven como ataques injustos? 

Indudablemente.

Con información de Vatican Insider/Andrés Beltramo