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Este viernes, el Departamento del Trabajo de los Estados Unidos dará a conocer las nóminas no agrícolas de este mes que está a punto de terminar. También dará cuenta de la tasa de desocupación.

Es un indicador que suele ser clave para tratar de adelantarse a la decisión de política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed). Sólo que en esta ocasión parecería que está de más tener la confirmación de un mercado laboral robusto para saber que las tasas de interés están a punto de subir en aquel país.

No hay muchas dudas de la decisión que habrá de tomar en dos semanas la Fed con respecto a su tasa de referencia, a la luz de los resultados económicos que tiene disponibles. En el mercado, la expectativa se acerca ya a 100 por ciento.

Hay que decir que la llegada de Donald Trump también ha alterado las expectativas de movimientos monetarios. Su promesa de plan fiscal expansivo es una invitación a la prudencia regulada por las tasas de interés.

Es hasta por defender su propia credibilidad que el banco central estadounidense debe ya subir su tasa de referencia. Hay que recordar que iniciamos el año con la expectativa generada por la propia Fed de que a lo largo de éste habría hasta cuatro incrementos del costo del dinero.

No ha habido un solo aumento en todo lo que va del año, porque nunca a lo largo del 2016 se dio la combinación de factores que lo justificara. Además de que está claro que en el balance de la toma de decisiones hay más palomas que halcones.

Así que el dato de creación de empleos sólo podría ser sorprendente para el mercado si es significativamente malo. Pero es prácticamente imposible que eso suceda a la luz de otros resultados económicos disponibles.

El Comité de Mercado Abierto de la Fed llega a su reunión definitoria de diciembre con un dato contundente del buen desempeño de la economía estadounidense. La revisión del crecimiento del Producto Interno Bruto al cierre del tercer trimestre se revisó de 2.9% a un muy bueno 3.2 por ciento.

Hay signos de fortaleza, sobre todo en el mercado interno, ya que la industria manufacturera estadounidense se mantiene todavía en el terreno recesivo pero ya en claro despegue hacia tasas de crecimiento.

La inflación general en Estados Unidos ha tomado también un claro rumbo hacia 2% anualizado que la propia Fed tiene como meta. Y si bien el ritmo de crecimiento de los precios se ha acelerado durante los últimos meses, los energéticos han frenado su incremento y eso también modera el crecimiento de los precios.

Conforme se acerque el 16 de diciembre, fecha en que conoceremos la decisión de política monetaria de la Fed, después de una reunión de dos días, los mercados se mostrarán más nerviosos y veremos los movimientos especulativos previos que ya son conocidos.

Mientras tanto, los mercados gozan de una muy rara certeza de qué es lo que viene, y eso ayuda al orden.

Hay que apuntar en las fechas importantes que al día siguiente, el Banco de México tendrá reunión de política monetaria y que lo conducente sería ver que se eleve la tasa de interés local en una proporción similar a la que lo haga la tasa de la Fed.