Elecciones 2024
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Sucedió que el pasado lunes, cuando estaba yo en plena preparación, 
reciclaje –dirán algunos- del cuento navideño que aquí publiqué la semana pasada, surgió una noticia de las que me gustan para comentar porque son, por sí mismas, un chiste.

La nota sucedió la semana antepasada, el miércoles 14, se volvió tendencia en las redes sociales en el fin de semana de forma tal que para el lunes 19 ya era comentario de columnistas, caricaturistas y personajes de esa ralea.

Pensé que había yo perdido una buena oportunidad de derramar un poco de la mala leche con la que me dotó la naturaleza. Ni modo, me dije, ya vendrá otra oportunidad semejante. La oportunidad se presentó de inmediato y la generó la misma celebridad, el señor licenciado Omar Fayad Meneses, gobernador del estado de Hidalgo.

Hidalgo es de los estados más pobres del país, probablemente con esa idea en la mira, el gobierno que encabeza Fayad se comprometió a regalar 100,000 estufas ecológicas entre las poblaciones más indigentes de la entidad. La entrega comenzó en Acaxochitlán, poblado a cuyos habitantes les tocó la cantidad de 517 estufas, de las cuales el Mandatario estatal entregó, de manera simbólica, las primeras 10. (Entregar las otras 507 pudo parecerle algo tedioso, sobre todo al considerar que para esas alturas los medios de difusión ya se habrían retirado).

A Omar, que es hombre de palabra fácil y de ingenio a flor de piel, se le ocurrió, al hacer entrega de la decena de estufas, sugerirles a las suertudotas mujeres indígenas: “duerman con ropa, producen mucho chamaco”. Lo dicho, asegura el emisor, fue un chiste, lo cual se puede aclarar al leer la frase completa que les dijo a las mujeres acaxochitlesenses: “La que menos (hijos) tiene, tiene tres. Por eso se acaban las estufas. Ya les dije que ya duerman con ropa (el negligee déjenlo para las artistas de la televisión –digo yo-), producen mucho chamaco y el riesgo es cuando los chamacos se queman cuando dejan las estufas dentro del jacal” (nótese la propiedad en el lenguaje, “jacal” según el Diccionario de la RAE significa choza, que a su vez, el mismo mamotreto define como construcción rústica. No sé por qué pero el uso tan exacto de la palabra me delata que el gobernador está consiente de que él y los suyos viven en casas. Los indígenas –a los que hay que hablarles como si fueran menores de edad- habitan jacales). Al ser trending topic de las redes sociales, el político que durante su estadía en la Cámara de Senadores presentó una fascista y mal redactada iniciativa de ley para criminalizar el uso de Internet aclaró que su comentario, que muchos consideramos discriminatorio, torpe y ofensivo para esas mujeres indígenas, “lo dije con mucho cariño y lo dije con ganas de que nos pasáramos un momento agradable, jamás con la intención de denostar”. Aunque resulta difícil, démosle el beneficio de la duda al hidalguense, descontextualicemos su cariñoso enunciado y disfrutemos del momento agradable del ocurrente y gracioso dicho con el que termina el primer episodio de la nota que este redactor daba por perdida pero que rescató por el par de secuelas que generó.

De que Omar es creativo, lo es. Días después de lo ya narrado, durante el festejo organizado por la sección 15 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación el protagonista de esta cariñosa y graciosa reseña tuvo otra ocurrencia genial para seguir construyendo momentos agradables de afecto y de humor (involuntario).

Para que la fiesta tuviera el toque 
único que el gobernador le da a lo que planea, concibió hacer dos rifas: A las mujeres les rifó a Francisco Sinuhé Ramírez Oviedo, nada menos que el secretario general de la sección magisterial precitada. La ganadora se haría merecedora de disfrutar de una romántica cena con el líder sindical. Sucedió que la triunfadora rechazó la cena y la katafixió por una pantalla de plasma. (Le concedo la razón: Por muy simpático y, supongamos sin conceder, hasta guapo que sea, ¿qué tanto la puede divertir o hacer soñar durante la cena que la pantalla de plasma no multiplique al infinito?).

A los hombres les rifó a la titular 
de la Secretaría de Educación estatal, Sayonara Vargas, que alborotó a la gallera y suscitó silbidos y gritos de “quiero” y “apachurro”, los cuales incomodaron a la funcionaria. Al ganador de una cena “con baile y todo en el paradisiaco balneario El Tephe”, con la titular de la Educación en Hidalgo, el gobernador lo obligó a saludar a su premio con un beso. Con más sentido del ridículo que el propio organizador del sorteo, el afortunado katafixió a Sayonara por unos cubiertos. (La nota no especificó qué material los cubría).

Por último, Fayad declaró que está recibiendo “fuego amigo” a través de la difusión de sus actos y declaraciones en los medios de comunicación nacionales. “He oído a políticos decir cosas mucho peores y, sin embargo, no les han hecho el escándalo que se ha hecho. ¿Les parece que mis expresiones son peores que las de Donald Trump?”, preguntó. Ya, ya, ya, gobernador, por piedad, permanezca en silencio. Estoy a punto de darle un mal consejo: Robe pero calladito.