Elecciones 2024
Elecciones 2024

La definición de una política de Estado hacia Estados Unidos debe empezar por reconocer públicamente su urgencia.

Habría que declarar el asunto una prioridad nacional y convocar a una consulta sobre el tema, de hecho a una movilización pública en torno a él, sus riesgos y sus oportunidades.

Tenemos que empezar por pensar con seriedad nuestra relación con Estados Unidos, no sólo mediante diagnósticos académicos o intelectuales, sino mediante un debate público fundacional que incluya a los Poderes de la Unión, a los partidos políticos, a la comunidad empresarial y a la académica, a las iglesias y desde luego a los medios, cuya pobreza de cobertura sobre la relación bilateral, y sobre nuestro vecino, es el reflejo fiel de la cautela que sostiene el gobierno al respecto.

La declaratoria de un antes y un después en el tema y la convocatoria consecuente a debatirlo ha de ser el primer paso.

Me gustaría ver al gobierno de la República y al Congreso encabezando y encauzando la discusión bajo la forma de consultas abiertas, replicables regionalmente, en los estados y en las comunidades mexicanas de Estados Unidos, así como en las comunidades empresariales, académicas y mediáticas del otro lado de la frontera.

Un buen “libro blanco” de la relación, un inventario claro y completo de lo que damos y recibimos en ella, sería una pieza clave y debería ser generado con prestancia por el gobierno federal.

También sería pedagógica una buena descripción de los frentes de negociación y litigio que rigen hoy por hoy la relación entre ambos países.

Quisiera ver a los medios mexicanos abiertos a la discusión del problema y a la tarea de informar bien, sistemáticamente, sobre el estado de la relación bilateral, sobre lo que sucede en Estados Unidos que puede afectar a México, sobre la comunidad mexicanoamericana y sobre la vida pública de aquel país, en tanto parte crucial, en muchos sentidos siamesa, de la nuestra.

La primera acción que deberíamos tomar ante la emergencia de las elecciones de noviembre es mental: abandonar el chip abstencionista que nos permite dormir junto al elefante haciendo como que no existe.

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