>El sismo de 1985 derrumbó 412 edificios en Ciudad de México y dañó severamente 3 mil 124. El de hace unos días derrumbó 38 y dejó inservibles 321. El número de muertos del 85 nunca pudo establecerse con precisión, se habla de entre 10 mil y 20 mil. El total de los muertos por el … Continued
>El sismo de 1985 derrumbó 412 edificios en Ciudad de México y dañó severamente 3 mil 124. El de hace unos días derrumbó 38 y dejó inservibles 321.
El número de muertos del 85 nunca pudo establecerse con precisión, se habla de entre 10 mil y 20 mil. El total de los muertos por el sismo reciente era hasta ayer de 310 personas: 172 en Ciudad de México.
Para Ciudad de México son dos catástrofes de tamaño y consecuencias muy distintas. La destrucción de 2017 es la décima parte que la del 85.
El panorama cambia si se mira el conjunto del país, donde los dos sismos de 2017 dejaron daños enormes: 116 mil viviendas dañadas en Chiapas y Oaxaca, 10 mil más en Morelos, con 50 mil inmuebles totalmente perdidos. A esto hay que añadir daños en 5 mil escuelas y 5 mil comercios.
Nadie que yo sepa ha hecho un cálculo de lo que podría ser el costo de la reconstrucción en puerta. Puede anticiparse que no será inalcanzable para las finanzas públicas.
El problema será en todo caso político. Por disminuido que estuviera en la percepción pública, el presidente del 85, Miguel de la Madrid, era un presidente fuerte, con todos los recursos del Estado a la mano.
El presidente Peña Nieto y el jefe de Gobierno Mancera han acompañado activamente la emergencia, evitando el error histórico del bajo perfil gubernamental del sismo del 85.
Pero su reserva de autoridad y liderato es mucho menor que los del presidente De la Madrid y el gobierno de la ciudad en el año de 85.
Pasada la emergencia, seguirá la crisis de la reconstrucción, la urgencia de acciones de gobierno eficaces que lleven los recursos a donde deben llegar.
El sismo del 85 pareció la puntilla de una economía en crisis. Los de 2017 pueden ser la puntilla para la crisis de credibilidad y representación que cruza de lado a lado la relación entra la sociedad y el gobierno.
Un buen desempeño en la reconstrucción puede reparar en algo el mal estado de sus relaciones con la ciudadanía. Un mal desempeño puede acabar de quebrarlas.
(Los datos citados en http://www.nexos.com.mx/?p=33711, Crónica y Reforma 24/9/17)