Minuto a Minuto

Nacional Maíz, frijol, trigo, arroz… las mentiras de AMLO 
  En esta compulsión a mentir, López Obrador calificó su producción como una prioridad de gobierno, siendo el resultado igual que con el maíz, frijol y trigo: la importación arrocera se sostuvo en el 85 por ciento del consumo nacional
Internacional Mexicana Eloísa García Guerrero inaugura “A Costa da Morte” en la Casa de Galicia de Madrid
La inauguración contó con la participación de Eloísa García Guerrero, el director de la Casa de Galicia, Luis E. Ramos, así como personalidades destacadas del ámbito artístico y cultural
Nacional Hospital General de Oaxaca, al borde del colapso por falta de insumos
Respecto a esta problemática, el Gobierno de Oaxaca informó que se atienden las necesidades del hospital y reiteraron que los servicios médicos operan de manera regular
Internacional Biden viaja a Roma, su último viaje presidencial, para reunirse con el papa y Meloni
Biden realizará este último viaje internacional a menos de dos semanas de que ceda el poder y la Casa Blanca al republicano, Donald Trump
Internacional Estalla un incendio en las montañas de Hollywood, el sexto que arde en Los Ángeles
Bomberos de Los Ángeles enfrentan un incendio forestal en Hollywood Hills que amenaza la zona residencial cerca del Paseo de la Fama

El costo de las campañas políticas es el remolino de la democracia: jala todo al fondo y el fondo son unos candidatos que necesitan dinero, mucho más dinero del que tienen, para competir por el poder.

El mecanismo se ha llevado algunas de las gentes más respetadas del mundo. Ha sido también el resumidero de otras, menos inesperadas. Helmut Kohl cayó del poder en Alemania por facilitar traslados de dineros públicos a su partido. Collor de Mello cayó en Brasil por lo mismo.

La gigantesca cantidad de dinero suelto del que no se rinden cuentas en la política mexicana ha tenido un efecto directo no solo sobre el tamaño de la corrupción, sino sobre el costo de la competencia democrática y sobre los dineros ilegales que fluyen a ella.

En un artículo que no me canso de citar en esta columna porque no me canso de sorprenderme del tamaño del problema que nos muestra, Luis Carlos Ugalde explicó por qué nuestra democracia multiplicó nuestra corrupción. (Nexos.com)

Según Ugalde, que ha dedicado años de investigación al tema, nuestras elecciones cuestan entre una y tres veces más de lo que indica la ley. Fluyen a ellas recursos ilícitos en cantidades tan altas que convierten la competencia democrática en una cierta forma de subasta electoral.

No gana siempre el que tiene más dinero ilícito, pero es imposible que gane quien no lo tiene. Lo descubren estos días en su salida al ring los candidatos independientes que pisan el terreno por primera vez.

Invertir mucho en ganar unas elecciones tiene sentido porque es buen negocio, por la sencilla razón de que el ganador encontrará al sentarse en su silla una enorme cantidad de dinero público sin vigilancia con el cual reponerse.

Es en gran medida el dinero suelto que va quedando en manos de autoridades y políticos de la enorme transferencia de recursos que hace la Federación a gobiernos, clientelas y partidos.

La subasta tiene premio y va convirtiendo nuestra democracia en una variante aparatosa pero no muy distinta de un piso de remates.