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#Perfil Olga Sánchez Cordero, próxima presidenta de la Mesa Directiva del Senado
Foto de EFE

La secretaria de Gobernación (Segob) Olga Sánchez Cordero renunció este jueves a su cargo para regresar a su antiguo escaño en el Senado de la República.

Sánchez Cordero, de 74 años y exministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, era considerada una de las figuras más relevantes del gabinete del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador y tomó el cargo tan pronto comenzó el mandato, el 1 de diciembre de 2018.

Asumió la dependencia  con la promesa de dar un giro a Gobernación, centrándose en la migración y los derechos humanos, mostrándose además en un principio como principal defensora del derecho al aborto y la despenalización de la marihuana, con una de las visiones más progresistas del Gobierno.

Antes de asumir oficialmente la titularidad de Segob, llevó a cabo foros de consulta ciudadana para pacificar el país y buscó entonces estrechar relaciones con otros ministerios y congresos estatales para impulsar su agenda.

Pese a tomar protesta como senadora el 1 de septiembre de 2018, fue invitada por el presidente López Obrador para ocupar la titularidad de Segob, por lo que tuvo que solicitar licencia a su escaño el29 de noviembre del mismo año.

Licenciada en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Sánchez Cordero participó del movimiento estudiantil de 1968 e incluso simpatizó con la ola hippie.

Hizo estudios de posgrado en Política Social y Administración en Reino Unido, y se desempeñó como magistrada numeraria del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México entre 1993 y 1995.

Pero su gran encargo, que le llevó a ser considerada una de las mujeres más influyentes y poderosas de México, fue como ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de 1995 a 2015.

Recibió en 2012 el máximo galardón que entrega la Universidad del Claustro de Sor Juana.

Tras abandonar el cargo en 2015 fue nombrada diputada constituyente de la Ciudad de México, encargada de la elaboración, junto a un grupo de expertos, de la primera Constitución de la capital mexicana, que alcanzó así la categoría de estado.

Sánchez Cordero dentro del Gobierno de AMLO

Pese a sus posiciones más progresistas, sobre el terreno el legado de Sánchez Cordero es por el momento menor al esperado, porque no avanzó el aborto en todo el país y, pese a los avances en el Legislativo, continúa encallada una ley para despenalizar la mariguana.

Además, en materia migratoria, las presiones de Estados Unidos desdibujaron la política en favor de los derechos humanos de los migrantes, llevando al país a recibir críticas de organismos civiles.

Apenas este miércoles, haciendo gala de su progresismo y defensa de los más vulnerables, aseguró que México daría asilo a los afganos que huyen del régimen talibán y así lo soliciten.

Con información de EFE