Minuto a Minuto

Nacional Sheinbaum autoriza compra emergente de cuatro medicamentos oncológicos
La presidenta Sheinbaum apuntó que la compra de estos cuatro medicamentos oncológicos se realizará bajo subasta inversa
Nacional México envía nota diplomática a EE.UU. para que explique base militar en la frontera
Sheinbaum confirmó el envío de una nota diplomática a EE.UU. por la información del establecimiento de una base militar en la frontera
Nacional No soy partidaria de prohibir narcocorridos, mejor que sociedad los vaya haciendo a un lado: Sheinbaum
La presidenta Sheinbaum dejó en claro que es mejor que sea la sociedad quien deje de consumir los narcocorridos
Nacional Clavadistas de Acapulco obtienen Récord Guinness por salto de cabeza más alto del mundo
Los clavadistas de La Quebrada impusieron un récord Guinness con el salto de cabeza más alto del mundo
Nacional Mueren padre e hijos en combate de incendio forestal en Oaxaca
Un padre de familia y sus dos hijos murieron al intentar sofocar el incendio que se originó cerca de su casa, en Oaxaca

Las casas acumulan polvo, ropa, platos sucios, juguetes tirados, libros fuera del librero, ropa doblada en el sillón, y lápices distribuidos entre la cocina, el cuarto, la sala y la mesa para poder tener con qué anotar lo que nos pide el jefe, lo que necesita mamá para comprar o lo que va haciendo falta en el refrigerador.

Todo lo que se queda estático, acumula.

Igual uno, mientras uno se queda en casa tantos días comienzan a acumularse emociones y pensamientos que debemos de aprender a encontrarles salida para no enloquecer.

Ahora imagínense todo lo que puede almacenar un niño en su interior. Según especialistas, un niño de entre 2 y 4 años puede llegar a hacerse hasta 500 preguntas al día, y si consideramos que su cotidianidad cambió, que ahora ya no ve a sus amigos, que no va a la escuela, que no puede ir al parque con los columpios de color rojo o ir por un helado, cuántas preguntas más se hará.

Tras 42 días de estar en casa, con preguntas amontonadas en esos pequeños y torbellinitos cuerpecitos y las emociones de los padres, en Madrid pudieron salir a la calle.

Aunque sonara a la libertad, en realidad se pudo salir con ciertos lineamientos y restricciones. Así que lo que llamamos “normalidad” tuvo unas ligeras adaptaciones, pero al menos, las paredes de casa dejaron de ser el único panorama a ver.

El tiempo fue de una hora y tan solo a un kilómetro de distancia de casa. Por los distintos medios, pudimos leer que hubieron niños que no supieron qué hacer, que olvidaron pedalear y por lo tanto no pudieron subirse a su triciclo, hubieron niños que corrieron, patinaron, visitaron a los abuelos desde el balcón y volvieron a ser eso, niños.

Retomo otra fotografía de Olmo Calvo quien participa en un proyecto interesante en Instagram con el nombre de @CovidPhotoDiaries.

Una imagen enmarcada por dos ojos desconocidos que miran y vigilan el andar de una pequeña, su perro y su madre. Un instante, un encuadre exacto de espera y paciencia para que este trío caminaran justo en medio del grafiti.

Cerremos los ojos, e imaginemos esa sensación de libertad, de paz, de e s p a c i o.

Hasta la mamá, que con todo y su cansancio y angustia luce sonriente al ver que su hija vuelve a descubrir las calles, los autos, la gente y quizá del otro lado de la cera a otra niña como ella.

Imaginemos que, tras seguir la orden de estar en casa, puedes salir con más certeza y aunque ahora con más reglas de distancia y convivencia, puedes incorporar nuevos paisajes de conversación a tu charla diaria.

En México pocos hemos sido los que nos hemos quedado en casa, y esas pequeñas salidas a comprar el súper o ir a la farmacia, y se han vuelto oxígeno mental para volver con nuevas ganas de jugar, trabajar, estudiar, cocinar y la interminable tarea de limpiar.

Espero con ansias, que pronto todas las mamás podamos ser como ella, como esta mujer de chamarra negra, con jeans rotos, con sus tennis y su cabello largo sin ningún tratamiento de salón de belleza, pero allí, sonriendo, caminando sin la angustia de que nos falte el aire.

Y con más ganas confío en que los niños en casa, puedan salir de nuevo a andar en bici sin descanso, que lo que hayan olvidado se quede en el pasado, y que vuelvan esas primeras veces para ellos y sus padres.

Que los perros, caminen y también se des estresen oliendo las esquinas sucias y haciendo sus necesidades donde quieran.

Que cuando salgamos, descubramos como esta niña al mundo, al vecino, a los amigos y a la gente.

Una hora para redescubrir - screen-shot-2020-05-04-at-123001
Foto: Olmo Calvo (@olmoCalvo)