Se estima que en México hay más de 10 millones de personas con osteoporosis, una de las enfermedades crónicas más comunes
Una de cada tres mujeres mayores de 50 años padece osteoporosis en México, pero solo el 20 por ciento de ellas lo sabe y se espera que para 2050 el 37 por ciento de los mexicanos mayores a esa edad afronte esta enfermedad, señaló este martes un especialista.
La osteoporosis es una enfermedad crónica, progresiva, que puede afectar a hombres y mujeres, las mujeres son más afectadas por falla en el hipoestrogenismo propio de la edad”, dijo a Efe el ginecólogo Armando Montaño.
El experto refirió que la osteoporosis es una de las enfermedades crónicas más comunes y se estima que en México hay más de 10 millones de personas con este padecimiento.
Matizó que esta es una enfermedad que no solo afecta a las mujeres, pues al menos uno de cada cinco hombres pueden tener osteoporosis, sin embargo, las mujeres posmenopáusicas son las más afectadas.
El padecimiento es progresivo y silencioso y se caracteriza por la pérdida de masa ósea, debilitamiento de los huesos y un mayor riesgo de fracturas por fragilidad.
Tiene altos costos para quien lo padece y también altos costos sociales, o sea los servicios de atención de salud en el mundo invierten una gran cantidad de recursos para resolver las consecuencias de la enfermedad, que son las fracturas”, precisó.
El gran problema, dijo, es que es una enfermedad que no presenta síntomas y muchas veces las personas no son diagnosticadas hasta que sufren una fractura.
“Ahí es donde entran los altos costos del tratamiento”, lamentó Montaño.
El experto explicó que existen algunos factores de riesgo para desarrollar osteoporosis, como problemas de tiroides, desajustes hormonales, bajo consumo de calcio, uso prolongado de medicamentos corticoesteroides, estilo de vida sedentario, consumo excesivo de alcohol y tabaquismo.
Entre algunos signos y síntomas de este padecimiento están el dolor en la espalda – provocado por una vértebra fracturada o aplastada –, pérdida de estatura, postura encorvada y huesos que se rompen mucho más fácil de lo común.
Fracturas “invisibles”
Montaño señaló que uno de los problemas más recurrentes de esta enfermedad es que la mayoría de las fracturas no son traumáticas, es decir “no se fracturan porque se rodaron de las escaleras, se fracturan por caerse de su altura”.
Entre las más comunes, precisó, está la fractura de columna vertebral, la cual pasa comúnmente inadvertida porque los síntomas se atribuyen a otros padecimientos, pues las personas que las sufren pueden ver su estatura disminuida, encorvamiento y dolor de espalda.
“Pero estas fracturas pocas veces reciben atención”, advirtió.
En contraparte, la fractura de cadera, que es también de las más comunes, es una de las más problemáticas porque es dolorosa, disminuye la velocidad en quien la padece y su tratamiento es quirúrgico.
Incluso puede morir dentro del primer año del que se fracturó, requiere una cirugía costosa que requiere de un importante tiempo de recuperación o puede que no pueda caminar nunca o que pierda independencia”.
Hacia una cultura de prevención de la osteoporosis
El experto señaló que la prevención y el diagnóstico oportuno son claves en el abordaje de esta enfermedad.
“La mejor forma de hacer el diagnóstico es la densitometría, pero el número de densitómetros en el país es bajo, son muy pocos equipos de salud, la mayoría de los densitómetros están en la medicina privada”, aseveró.
Sin embargo, dijo, la primera recomendación es gineco-dietética, la cual debe iniciar desde la infancia, pues la reserva ósea se dará respecto a la cantidad de actividad física de cada individuo, la exposición a la luz solar y la cantidad de calcio que ingiere en la dieta.
Explicó que en las mujeres las mujeres se produce un desequilibrio hormonal durante la menopausia, lo que afecta la densidad ósea y, por ello, es importante hacer una intervención en esa etapa de las mujeres.
Con información de EFE