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¿Quién fue Juan Pablo I?
Foto de Internet

Este 28 de septiembre se cumple un aniversario más de la muerte del italiano Albino Luciani, quien pasó a la historia como el papa Juan Pablo I y dirigió a la Iglesia Católica tan solo 33 días antes de morir. Aunque eclipsado por su sucesor, Juan Pablo II, es importante recordar quien fue y su importancia.

Nacido en un poblado de poco más de mil habitantes al norte de Italia, de niño conoció de cerca la pobreza. Fue hijo de un obrero de carácter amable, quien tras contraer segundas nupcias decidió educar a sus hijos en el catolicismo.

Buscando un futuro mejor, la familia decidió emigrar a Suiza, regresando posteriormente a Italia, donde el padre de Albino consiguió trabajo en una fábrica de vidrio artístico en la isla de Murano.

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Albino, el mayor de cuatro hermanos, se ordenó sacerdote en 1935, tras lo cual se dirigió a Roma para continuar con sus estudios teológicos. En 1937 regresó a Canale d’Agordo su pueblo natal, para posteriormente ser nombrado vicerrector del Seminario Gregoriano de Belluno.

“El padre Albino era sumamente apreciado por su capacidad de síntesis, de ir a lo esencial. (…) Como superior, unía una cierta firmeza con mucha benevolencia, con lo cual convertía en una persona activa a todo aquel que le faltaba entusiasmo”, explicó uno de sus alumnos después.

Ya en 1947, fue nombrado Pro-vicario de la diócesis de Belluno, donde organizó el Congreso Eucarístico de Belluno.  Su experiencia sirvió poco después para escribir su libro Catequesis en migajas, demostrando su vocación de maestro.

En 1954 es nombrado vicario general de Belluno, y cuatro años más tarde es nombrado obispo de la diócesis de Vittorio Veneto, cerca de Venecia. En 1969, el papa Pablo VI lo nombra patriarca de Venecia y 4 años más tarde es nombrado cardenal.

Fiel a su conocida humildad y sencillez, Albino Luciano comentó cuestionó alguna vez sobre su título “¿qué es eso de Príncipe de la Iglesia? Yo sigo siendo un seminarista”.

Agregó que “hay obispos de muchos tipos. Algunos asemejan a las águilas que vuelan por las alturas con documentos magisteriales. Otros son jilgueros que cantan las glorias del Señor de modo maravilloso. Otros, en cambio, son simples gorriones, que lo único que saben hacer es piar desde lo alto del árbol de la Iglesia. Yo soy de estos últimos”.

En 1976, al término de su periodo como vicepresidente de la Conferencia Episcopal Italiana, publicó su libro Illustrissimi, con cartas ficticias dirigidas a personajes reales y fantasiosos y donde plasmaría sus convicciones y puntos de vista. Por ejemplo, dijo sobre los teólogos que “teólogo no es el que habla de Dios, sino también el que habla a Dios. ¿Y cuántos de ellos hablan con Dios y nos ayudan a hablar con Él?”.

En 1978 se celebra un nuevo cónclave, el más grande hasta entonces y uno de los más cortos de la historia, donde Luciani es elegido sucesor de Pablo VI, con solo 65 años de edad. Como nombre eligió Juan Pablo I, en señal de conciliación y continuidad con sus predecesores.

“Entendámonos, yo no tengo la sapientia cordis del papa Juan, ni tampoco la preparación y la cultura del papa Pablo, pero estoy en su puesto, debo tratar de servir a la Iglesia. Espero que me ayudaréis con vuestras plegarias”, afirmó sobre su nombramiento.

Sin embargo, a pesar de sus planes de ser párroco del mundo y conciliar las distintas facciones de la Iglesia, Dios lo llamaría con el el 28 de septiembre de 1978, con tan solo 33 días en el trono de San Pedro.

Sobre su breve estancia al frente de la iglesia, autores han señalado que Juan Pablo I representaba el ideal de un buen cristiano. “Su atrayente figura; su palabra calma y segura; su doctrina firme, sólida, tradicional, devolvieron a muchísimos el entusiasmo que se había perdido en medio de la rebeldías y contestaciones que por doquier se venían levantando contra el anciano Pablo VI, quien fiel a sus intenciones y al llamado de Dios seguía predicando la sana doctrina sin que muchos le escucharan”

Asimismo, destacaron que el papa fue la prueba de que una persona podía ser al mismo tiempo sencilla y humilde y actuar en consecuencia con la tradición católica.

Con información de Catholic