Su auge se debe a que sí hacen bajar de peso, pero no por su desintoxicación sino por la restricción calórica que supone alimentarse de ellos
El mito de los jugos desintoxicantes, mejor conocidos como “detox”, ha llevado a los expertos a difundir abiertamente que no son más que un fraude.
“Los alimentos no depuran ni detoxifican”, explica Miguel Ángel Lurueña, especialista en Tecnología de los Alimentos. Son únicamente el hígado, los riñones, los pulmones y la piel, los órganos que pueden “limpiar” el organismo gracias a sus funciones.
Es así que el tomar litros de jugo detox no servirá para subsanar los malos hábitos del día anterior, por el contrario, podrían atraer graves consecuencias al organismo.
Beatriz Robles, consultora en Seguridad Alimentaria, advierte que dichas bebidas gozan de altas cantidades de oxalatos, un compuesto presente en verduras, cuya ingesta desenfrenada aumenta el riesgo de cálculos renales.
Además, el licuado de frutas y verduras hace que se pierda su fibra, quedando mayormente solo los azúcares libres, con los que también se debe tener cuidado, pues se asocian a la obesidad y a la diabetes tipo 2.
No obstante a que el auge de los jugos detox se debe a que sí hacen bajar de peso, esto no se debe a la supuesta desintoxicación, sino a la restricción calórica que supone alimentarse de ellos, produciendo un efecto rebote si no se imponen hábitos saludables de dieta y ejercicio.
Con información de El Mundo