Elecciones 2024
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Lilitu

Estoy nerviosa. Llevo dos días pensando en el menú, en cómo voy a poner la mesa, en qué me voy a poner yo. Viajar en el tiempo y creer que puedo tocar a las personas desde el lugar donde existieron, es una pasión. Perderme en los anales de la historia, de los mitos y leyendas acompañarlos con la información que encuentro y hacerlos míos, un gozo. Así voy formándome imágenes, ideas, usando cada sentido y cada emoción para encarnar la experiencia y todo esto se ha vuelto un arte. Podría decir que cada acercamiento deja un tatuaje en mi piel que brilla cada vez que toco ese momento sublime, cuando lo recuerdo.

A este personaje le he dado muchas vueltas, las preguntas de cómo abordarla, de cómo llegar a ella, han surcado por varios meses en mi mente; esta vez me ha presentado un reto enorme. Así que, en un sueño, supe que viajar en el tiempo para acercarme, no iba a servir de nada. Apenas me levante, sin ningún preámbulo le escribí una misiva y la invite a cenar a mi casa.

Después de mucha energía colocada en los detalles llegó el día marcado en el calendario para nuestro encuentro. Con una puntualidad inglesa sonó el timbre. Me quité el mandil, inhalé y exhalé buscando la manera de calmar mis nervios. Las manos mojadas y el hormigueo en los labios me pusieron en alerta para respirar. Estaba hiperventilando y me pasa que si no me pongo atención, me mareo.

Busqué el control de la puerta eléctrica, tardé unos segundos eternos en encontrarlo y abrí la puerta.  Entró una mujer hermosísima, la luz de la luna llena hacía brillar su pelo rojo largo y ondulado.  Debo confesar que en algún momento llegué a imaginar que iba a llegar un demonio de varias cabezas, una especie de engendro entre monstruo y animal. Su fisonomía ha sido descrita de tantas maneras, que todo era posible. Pero quien se presentó fue una mujer radiante y llena de vida.

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Una iluminación del siglo XV de Lilith, con forma semihumana, en vez de serpiente, tentando a Eva, para tomar la fruta prohibida. Foto de WikiComons.

Me pasa mucho que cuando algo me desconcierta en admiración, el tiempo se vuelve lento y la imagen se va moviendo en cámara lenta. Mientras se me acerca, veo su vestido rojo debajo de un abrigo negro de lana pesada. Zapatos altos y una pulsera en el pie; mi fascinación es tal, que de pronto perdí el habla. Estoy boquiabierta.  “Gracias por la invitación, te he traído una botella de vino, tengo entendido que te gusta mucho el vino de Priorat y encontré un Camins en mi camino hacia aquí”. Su voz aterciopelada tiene un acento francés que la hace profundamente seductora.

Pasamos a la casa,  una vela aromática de lavanda abraza suavemente la sala y las velas encendidas emanan un calor revistiendo el espacio haciéndolo más acogedor. Lilith se quitó el abrigo y el vestido enmarca un cuerpo atlético, perfecto; la piel blanca lustrosa. Justo en ese momento me doy cuenta que me asalta la envidia. Y cómo no, la dama tiene quizá más de cuatro mil años de haber sido creada por la mente humana y su espectacular perfección me sobrecoge. Su sonrisa mostrando unos dientes blancos como perlas me hacen ruborizarme. En su mirada adivino que me ha leído, como si se hubiera dado cuenta que mi mente estaba viajando por estos espacios donde habita este impulso tan castigado.

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He puesto en la mesa un poco de botana unas pequeñas rebanadas de pan tostado con nueces y pasas, y un queso muy francés que se unta, llamado DÁffonois. Lo se, he de confesar que para mi invitada me he gastado el presupuesto de toda la semana, tendré que arreglármelas con menos, pero esto vale toda la pena.

Nos sentamos en la sala. Le serví un poco de agua con gas y un poco de queso, comencé encontrando palabras que no me hicieran ver tan torpe. Es increíble; a mí que se me multiplican en la cabeza por segundos de pronto me cuesta hilarlas para que hagan sentido.

“Agradezco tanto que me hayas aceptado la invitación, he querido escribir sobre ti desde hace tanto tiempo.  Si te parece bien, te cuento un poco de lo que he encontrado sobre ti y tu después me dices qué de esto se acerca a la realidad, qué es mito y cuál es la razón que subyace para tanta historia.

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Lo más lejos que he llegado para rastrear tu existencia, está en la mitología mesopotámica, ahí donde los sumerios, acadios y asirios gobernaron el mundo.  De los primeros aparece la etimología de tu nombre, así Lalu significa lujuria, Lulu desenfreno y Layit noche. De ahí, le fueron dando forma a tu fisionomía, se fue cobrando en huesos y tendones pintándote como un demonio y más tarde el pueblo hebreo como una mujer escarlata de cabellos rojos. Escuche que parece que este origen del pelo rojo estaba ligado a la aversión hacia la sangre menstrual.

Los Asirios dicen que eras un demonio hembra que estaba custodiado por la diosa Annat en un sauce, según una tablilla del poema de Gilgamesh. Una diosa guerrera que encarna el espíritu femenino del viento y que chupa la sangre de los niños. 2100 años antes de cristo tu nombre aparece en este poema dos veces.”

Saqué un pequeño cuaderno que siempre llevaba en la mano para poner lo que no quiero que no se me olvide y leo algunos fragmentos de la Tabla XII del texto.

“Erase una vez un árbol, un huluppu, un árbol, había sido plantado en la orilla del Éufrates, El árbol crecía, pero su tronco no producía follaje, (porque) en sus raíces la serpiente que no conoce hechizo había puesto su nido; en su copa el pájaro Imdugud había colocado a sus pequeñuelos; en su interior la joven Lilith había construido su casa.

El héroe Gilgamesh, se ciñó en su pecho su armadura de cincuenta minas de peso, su hacha de campaña -siete talentos, siete minas- empuño en su mano y entre las raíces abatió a la serpiente que no conoce hechizo; en su copa el pájaro Imdugud, tomados sus pequeñuelos, hubo de huir al monte, y en su interior la virgen Lilith, deshecha su casa, hubo de huir al desierto. En cuanto al árbol, le arrancó sus raíces, le podó su copa y los hijos de la ciudad, que lo acompañaban, le cortaron las ramas

Tecnos, 1992, ISBN 84-309-1548-6, pp.169-170.

Lilith me miró curiosa ahora es ella quien entra en este espacio de averiguar quien es esta, que hoy la ha invitado, que busca, que es lo que quiere.

Continúe: “Buscando más fuentes sobre tu nombre di con un profesor de nombre G. R. Driver que opina que la palabra hebrea (li·líth) tiene una raíz que describe, toda clase de movimiento de torsión u objeto retorcido, también está la palabra lái·lah (o lá·yil), que significa noche y da a entender, un envolver o rodear la tierra.”

Busqué sorprenderla, en verdad estaba haciendo todo el uso de mis facultades cognitivas para mostrarle lo mucho que había estudiado sobre ella. Pero su mirada apacible me generaba un des confort porque no podía leer si estaba interesada o no, aunque parecía que me estaba poniendo mucha atención.

Justo en ese momento a la hora de tomar el cuchillo hago un movimiento extraño y me corto. Una gota de sangre cayo sobre la mesa y comencé a sudar frío. Busqué su mirada con rapidez y la vi realmente pasando un buen momento, parecía que estaba gozando viéndome aterrada. Como no noté que quisiera acercárseme, bajé la guardia y continué.

“Encontré que más tarde vuelves a aparecer en algunos textos midráshicos donde Yahveh te creo. La primera mujer de la humanidad, creada como lo había sido Adán. Aquí aparece un pequeño detalle, pues al parecer la arcilla con la que fuiste creada tenía sedimentos e inmundicias”.

“Qué crees que hay por detrás de esta forma de mirarme” me interrumpió. Vacile un poco. “Quizá sea la raíz donde se ancla el sistema patriarcal que ha dominado a gran parte de la humanidad durante tantos siglos.” Contesté como si la idea hubiera sido mía, desde luego que esta información la saqué de muchos autores, estudiosos de la historia que ponen esta posibilidad sobre la mesa, un aviso de lo que podía sucederles a aquellas mujeres rebeldes que no entendieran el mensaje inscritos por la mano de Dios.

El vientre era la propagación de la estirpe, por eso infligir miedo a través de castigos, era una buena herramienta para oprimirlas y justificar las normas y leyes que nos les permitía heredar e incluso escoger a su pareja. Y no hay que olvidar que tanto Platón como Aristóteles percibían a la mujer como un ser inferior. Así entre religión, filosofía, política y economía, se fue subyugando a la mujer a perder la libertad quitándole la posibilidad de estudiar y volverla un objeto de uso para engendrar hijos. En países como china las mujeres se iban a vivir a la casa de a familia de los hombres dando a luz manos para la fuerza laboral.

Continúe la platica rodeando un poco pues esta era una pregunta no sabia como hacérsela “¿Es verdad que tú primer acto de rebeldía fue negarte a acostarte por debajo de Adán cuando estaban juntos? dicen que eso lo irritó y quiso someterte.

Yo creo que porque habías de hacerlo si habían sido hechos de lo mismo, entonces eran iguales. Leí que tú cólera te hizo pronunciar el nombre mágico de Dios y te elevaste por los aires. Tengo apuntado que saliendo del Edén fuiste a dar a las orillas del mar rojo el hogar donde vivían muchos demonios y te dedicaste a tener una vida desenfrenada con ellos, ahí te cubriste de lujuria, descaro, desenfreno y de pecado. Del producto de tu vida licenciosa diste a luz monstruos y demonios”.

Tomé aire, de pronto me pareció demasiado invasivo seguir haciendo preguntas sobre su vida íntima, por detrás de mi curiosidad también habita un respeto que me impide continuar. Así que no espere a que me contestara. Pasamos a cenar, abrí la botella de vino y serví sopa de tomate. El olor a albahaca llegó hasta mis narices.

Lilith me dijo “ Las mujeres siempre hemos estado asociadas al mal, tomando formas diversas según la tradición y la serpiente es sin duda una de las favoritas. Se cuenta en algunos relatos, que fui yo quien disfrazada de serpiente tentó a Eva para vengarme por la muerte de mis hijos. Qué seduje a Adán y de su semilla brotaron muchos demonios. Que, fui mujer de Caín, otro arquetipo de rebelde y cuentan que por hijos tuvimos también cientos de demonios más. Seguro sabes lo que es un súcubos no?”

“¿Demonios femeninos que seducen a los hombres para quitarles el semen y engendrar más demonios?” contestar con una pregunta me protege de equivocarme, pero los nervios me traicionan y la voz me sale entrecortada, lo que hace evidente que no me gusta hacer el ridículo.

“Fui un elemento indispensable en los relatos de toda una época y incluso en la Biblia de Jerusalén hay un pasaje que se traduce como: -Los gatos salvajes se juntarán con hienas y un sátiro llamará al otro; también allí reposará Lilit y en él encontrará descanso.- En algunos escritos, mi nombre se describe como criatura nocturna o lechuza.”

Recogí los platos y traje un tartar de atún, servir carne estaba fuera de lugar. Una pequeña sonrisa brotó de su boca cuando vio lo que serví.

“ Fíjate que hay un fragmento de los escritos que me confunde pues dicen que cuando dejaste a Adán, Dios mandó a tres ángeles en tu búsqueda y te amenazáron que si no volvías con el, matarían a 100 de tus hijos diarios y al negarte te pusieron alas condenandote a vivir chupando sangre, ¿Por qué querían que regresaras si Adán no quería nada contigo?”

“Por qué para los pueblos la desobediencia es impensable. Sobrevivieron siglo tras siglo por sus creencias, estando unidos y un rebelde podría significar el peligro de desaparecer como estirpe. Una mujer que diga no, alebresta a las otras cuando estás ven que se pueden liberar del yugo. Entonces mejor maldicen a las que lo hacen, las expulsan y se encargan de que todo el mundo sepa que son malas mujeres.”

“ Decían que te dedicaste a vengarte de los hombres después del asesinato de tus hijos estrangulando a niños. Incluso la muerte de cuna, eras tú quien la causaba.” Lilith se rio. “Es mas fácil culpar a alguien cuando no hay explicación plausible para un hecho tan doloroso. También fui señalada como la causa de muchas plagas y desastres” me dijo mientras se limpiaba la boca.

Traje el postre; helado con Merengue y chocolate. “Qué peligroso, para un mundo donde el hombre era el que imponía las leyes, las ejercicio y veía que se cumplieran. He visto que has evitado tocar el tema de mi asignación al mundo de vampiros, esto venía desde luego desde el origen pero tomó una fuerza inusitada en algunas novelas del siglo XVII. Creando un gusto por lo oculto, por el inframundo y su oscuridad.”

Agradecí que fuera ella quien trajera al acaso esta figura de vampira relacionada al femme fatale de una época, que comenzaba a abrirse lentamente con los siglos a la posibilidad de que las mujeres en verdad pudieran tomar el lugar que les corresponde. Iguales en derechos y en libertad sumando la posibilidad de una humanidad más equitativa.

La noche se fue deslizando poco a poco, más o menos a las doce se escuchó el aullido de un perro y las dos reímos. Le confesé que su paso por la historia, ha sido de una fascinación para mí y que me sorprende que muchos no sepan de su existencia. También he visto que otros la cobraran para sí, como algunos movimientos feministas o revistas. Cerca de terminar la velada le conté que vengo de una estirpe de mujeres rebeldes por el lado materno. Que mi madre es pelirroja y que mi curiosidad sobre ella estaba ligada a entender de dónde salió nuestra forma de estar plantadas en la vida.

Ni monstruos, ni vampiros, ni demonios, solo mujeres como la que tuve enfrente durante una noche, donde me di el gusto de pintar a brochazos mi encuentro con ella.

Quedamos de repetir la ocasión, me dio las gracias amablemente, tomo su abrigo y cuando me di la media vuelta había desaparecido sin abrir la puerta. Un aleteo movió las hojas de la entrada.

Por DZ

Claudia Gómez

Twitter: @claudia56044195