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#LaPeorMamá ¡Voy a ser madrina!
Foto de Archivo

¿Les he contado alguna vez de mi mejor amiga? La conocí cuando teníamos como 10 u 11 años. Entrando a 5to de primaria. Ella venía de Tabasco, era nueva en la escuela y nos hicimos muy buenas amigas.  

Nuestros papás se conocieron y se cayeron bien, y por lo tanto también crearon una buena relación. A mí solo me dejaban quedarme a dormir en casa de mis primas o en casa de ella.  

Durante los siguiente años tuvimos otros amigos, a veces no estábamos juntas pero siempre estábamos.  

Se cambió de escuela por circunstancias de la vida. O sea, se fue a vivir lejos de donde vivía antes y pues ya no la iban a llevar tan lejos. A mí me cayó fatal la noticia de que se iba, pero eso no impidió que nos siguiéramos viendo. Nuestros papás ayudaron mucho, la verdad. En secundaria no es tan fácil seguir en contacto con alguien. En ese entonces no lo era, aun no había celulares para todos.  

Pasamos la prepa y después la universidad. Creo que fue cuando más “separadas” estuvimos. Los novios, los estudios, los nuevos amigos, los horarios. Pero siempre estuvimos. 

Siempre ha sido la persona con la que puedo hablar de lo que sea. Sabe muchos secretos y yo le sé alguno que otro también. 

Gracias a ella encontré mi primer trabajo. Ella me conectó, lo demás lo hice yo. Dejé impactado a mi jefe. Bueno no, pero el chiste es que trabajábamos en el mismo lugar y por lo tanto empezamos a vernos mucho más.

Después de casarme me cambié de trabajo y al poco tiempo me salió con que se iba a vivir a Alemania. ¿Por? Pues sí, consiguió un trabajo soñado que la llevaba para allá.

Después de Alemania fue Francia, luego Casa Blanca y luego Alemania otra vez. Si me brinqué alguno, lo siento mi memoria es pésima.  

Conoció a un libanés en París y terminaron casándose. Tuvo a bien hacerlo cuando estaba yo embarazada de 7 meses al otro lado del mundo y me perdí la boda pero sé, de buena fuente, que fue tremenda boda.

Su primera hija nació en Casa Blanca y la conocí varios meses después en vivo, pero gracias a la tecnología la veía seguido por videollamada.

Hace unos meses, la oficina en la que trabajaba dejó de existir y decidió cumplir su sueño de vivir en Italia. La envidio tremendamente, siempre ve hombres guapísimos. Allá acaba de nacer su segundo bebé.  

Hace unos días me llamó, bueno me videollamó (¿Existe esa palabra) Bueno, el chiste es que nos estábamos comunicando por video y me pregunta: 

  • ¿Que vas a hacer en verano? 
  • Pues yo creo que irme a la CDMX, como cada año con los niños. ¿Vas a venir a verme?
  • Mmm no, aún no puedo ir. ¿Pero por qué no vienes?
  • Sí claro, ahorita voy. 
  • Pues sí me gustaría que vinieras para que puedas estar en el bautizo de mi hijo. Como su madrina. 
  • ¿Qué? 
  • Pues que quiero que seas su madrina. 

A esto le siguieron unos cuantos insultos que por respeto a ustedes no escribiré. Y no fue por otra cosa mas que por la emoción. No me lo esperaba. No supe qué decir. Y me lo dijo así de sopetón nada más.   

Más mentadas se ganó cuando caí en cuenta que el bautizo es en Italia. 

  • Entendería que me dijeras que no, ya sé que es lejos y caro venir. 
  • No te preocupes, así venda un riñón voy. – No, no voy a vender un riñón, solo es una expresión. 

Lloré, lloré mucho. Yo por todo lloro, así que lloré mucho de la emoción. Me emociona tremendamente ser madrina del hijo de mi mejor amiga, y no comadres, no me emociona más que ser la madrina de sus hijas, también lloré cuando ustedes me lo pidieron solo que “la peor mamá” y no lo conté por escrito.  

Para mí es un honor enorme que alguien me considere como una buena guía para su hijo o hija. Que, independientemente de la amistad crea que pueden confiarme a sus más preciados tesoros. 

Así que, voy a ser madrina otra vez y me les voy a Italia. Y soy muy feliz. 

Gracias por leer

#LaPeorMamá 

Por Claudia García Reyes

Twitter: @la_peor_mama