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#LaPeorMamá El mejor vaso/termo
Foto de Archivo

La verdad es que no soy mucho de shopping. Bueno, a veces. Soy rara en algunas cosas. Por ejemplo, no me gusta comprar zapatos. Odio los tacones, no los sé usar, soy peor que Bambi recién nacido caminando con ellos, prefiero siempre los tenis. Eso sí, me encantan las bolsas, nunca tendré suficientes, aunque la mayor parte del tiempo use solo una (la más nueva), tengo muuuuchas. Los lentes obscuros me fascinan. Los gadgets también me encantan. Pero si hay algo que me ha obsesionado desde que #minispeedy tiene 6 meses son los vasos y termos para niños. He comprado miles, bueno exageré, pero sí decenas, más de una.

Y no es que me encanten, lo que pasa es que siempre terminan por no servir. O se les sale el agua o se llenan de hongos o se desarman. ¡No hay forma de encontrar uno lo suficientemente bueno y duradero! Estoy obsesionada con encontrar el mejor. 

Todo empezó cuando #minispeedy empezó con los sólidos, y por supuesto con agua y jugos. Ahí empezó la búsqueda. Encontré unos muy buenos a los que no se les tiraba nada. Dos compré, uno se perdió y otro cuando cambié de chupón suave a duro dejó de gustarle porque ya no lo podía morder. Bye vaso.

Cuando empezó con popote empecé a comprar de popote. ¡Son un horror! Les pones agua de sabor y se llenan de hongos. Y te venden unos cepillitos chiquititos hermosos que caben perfecto en el popote pero invariablemente no logran llegar a todo el largo del popote. No importa el esfuerzo que uno haga y cuanto saque y voltee la lengua, hay un lugar a donde el cepillo no llega.

Hay unos que en el empaque juran y perjuran que no se tiran. Y efectivamente, la primera vez que uno los usa no se sale ni una gota, pero basta con que uno los lave bien, dígase desarme, para que no se les quede la cochinada y todo vale madre. La siguiente vez uno los echa confiadísima a la pañalera o peor, a la bolsa y ¡tómala! Inundación.

Hay unos efectivísimos que usamos muuuuucho tiempo. No se tiraba, le encantaba a mi hijo, en fin todo bien. Hasta que me encontré en el bendito Face una foto de las válvulas abiertas. ¡Hongos! Un asco. Mmmmta, a la basura el vaso preferido de la vida.

Y si uno alguna vez lee las instrucciones del vaso, sí, todos traen instrucciones, claramente dice “only pure water” o sea, solo agua de huesito de jícama, más claro, solo agua simple. ¿QUÉ? Pues sí, señoras y señores, los vasos antiderrames están perfectamente bien diseñados para usarse con agua simple. Sus sistemas de válvulas y no sé qué tanta cosa ingenieril que desconozco solo permite agua sola porque es la única forma en que pueden asegurar que no se queden residuos de azúcar en ningún recoveco y por ende se formen hongos.

Jodidos todos los padres irresponsables que sí les damos agua endulzada a nuestros hijos porque sufriremos ya sea de derrames o bien de hongos. O de hongos por los derrames.

Bueno, ya crecieron y no necesitan vaso entrenador, ya saben tomar en vaso normal. Pues no te salvas; ahora necesitan una botella, bote, cantimplora, termo o como le quieran ustedes llamar para la escuela. Y regresamos al mismo problema. También he pasado por todos y sobre todo para salvar los libros de la inundación porque la lonchera y el termo van adentro de la mochila o se pierden, no podemos con tantas cosas.

Así que compre botellas sin mecanismo chidísimo modernísimo, solo que cierren bien y, ahora en tierras regias, que mantengan lo frío porque con el calor hasta el agua simple se echa a perder. Y sí, encontré unos padrísimos de aluminio que guardan la temperatura un ratote, así que la única complicación fue que lograran abrirlos pero sobre todo cerrarlos bien. Porque son súper herméticos, siempre y cuando los cierres bien. Al parecer ya lo superamos y en eso estamos del otro lado.

Tengo también unos vasos que compré en el súper, son de colores con tapa de vaso entrenador, bastante económicos, en los que les doy la leche en la noche y que cuando se hacen feos los tiro y compro otros, ese asunto también resuelto.

Peeeeero, en las mañanas les hago un licuado que se toman en mi cama. Sí, ya sé. ¿Por qué en tu cama? Pues porque es el momento del apapacho desamodorrador y ese es el vaso más crítico. Ese es el que me ha costado tantísimo más trabajo que los anteriores. No puedo usar los de la noche porque no les cabe tanto. Así que encontré unos muy buenos de popotes a los que no se les cae nada, que obvio tienen mil cositas para ello, pero decidí lavar y lavar y de vez en cuando poner vinagre con tal de salvar las sábanas y el colchón. Pero ya no dan más… de plano ya murieron. Ya se rompió una tapa y a la otra ya no es tan hermética como era antes así que llegó el fatídico momento de darlos de baja.

Ya los busqué y como todas las cosas que venden en los clubes de precios solo las traen una vez. Así que me aventuré y pedí unos por internet de la misma marca que se ven bien padres. Porque claro, otro requisito es que estén bonitos, jaja. Y ¿qué creen? ya llegaron. Y la verdad creo que van a jalar bastante bien. Si me enamoro y me súper sirven les paso marca y modelo.

De verdad, no pensé que mi obsesión con los termos fuera tal hasta que me puse a escribir esto, ¿quién hubiera pensado que este tema diera para tanto? Uy, y no me den cuerda con el perfecto termo de café que me les voy como hilo de media.

Se me hace que tengo problemas. ¿Ustedes son felices con sus termos?

Gracias por leer.