Dicen por ahí que el ‘mommy brain’ es resultado de las hormonas y que dura aproximadamente hasta un año. Yo sinceramente creo que es como el sueño, nunca vuelve a la normalidad
El cerebro de mamá o mommy brain es esta nueva forma en que nuestro cerebro reacciona cuando nos convertimos en mamás.
Es aprender mil cosas nuevas al mismo tiempo como amamantar, curar, preocuparnos por los hijos y dejar ir cualquier cosa de lo que éramos capaces antes.
He aquí un ejemplo:
Suena la notificación del WhatsApp de uno de los mil ochocientos grupos que tengo como a las 4 de la tarde. Era en un grupo de amigas, mamás de compañeras de #miniplausi.
- Amigas que tienen a sus hijas en baile -porque ese grupo no es solo de baile sino de amigas mamás-, ¿Saben cuándo es la posada? Porque ya estoy con las niñas a punto de subir al coche y ya dudé.
- Es mañana, amiga -contesta otra.
- Ay gracias. Me salvaste de darme la vuelta hoy. No sé dónde tengo la cabeza.
En su defensa, mi amiga en cuestión acaba de parir a su cuarta hija.
- Ay, ni te preocupes. A mí me pasa a cada rato. Si no anoto las cosas, las olvido o se me revuelven las cosas -contestó otra más.
Acto seguido, la amiga que tenía la duda de la fecha de la posada manda una foto del calendario donde apunta los compromisos de sus hijas. Y claro que tenía la fecha correcta, solamente le dio un lapsus de cerebro de mamá.
¿Cómo no se le van a olvidar las cosas? ¿Cómo no se va a confundir de día si tiene 4 hijas? ¿Cómo no volverse loca si además tiene un trabajo fuera de casa?
A ver, la verdad, después de ser mamás, ¿A quién no se le ha olvidado una cita? ¿Cuántas veces les tienen que repetir el nombre de una persona a la que ya conocen?¿Cuántos compromisos han agendado el mismo día a la misma hora?
Yo he llegado a una fiesta a un lugar que no es. Se me olvida llamarle a mis amigas, en su cumpleaños. Contesto mensajes, o mails en mi mente y nunca los mando; hasta que me reclaman.
Llevo el regalo de una fiesta infantil a una posada; lo bueno es que a la fiesta infantil no llevé el de la posada porque era de broma. No sé si la fiesta a la que voy es de un amigo de #minispeedy o de #miniplausi hasta que llego.
Cuando trabajaba en una oficina, tenía un cuaderno donde anotaba mis pendientes, cada uno en un color diferente. Era excelente para priorizar las tareas. Siempre lograba acomodar y terminar todo.
Hoy tengo que anotar en el calendario del celular, en la agenda de papel, en los recordatorios, en el calendario de la cocina y en el del cuarto y aún así, se me olvidó ir a recoger el regalo que le tenía que llevar a la maestra del grupo del cual soy coordinadora.
Me la vivo reprogramando cosas, normalmente las mías y solucionando lo que sale en el momento, como tareas, trabajos y cosas de los niños. Eso sí, no se me ha olvidado la canción “Gracias a Dios es Viernes” que cantaba Lucerito hace chorrocientos años.
Trato de seguir toda una estrategia para que todos cumplan con sus compromisos y sus obligaciones porque sí, en este momento de la vida de mis hijos y todavía por algún tiempo, soy la responsable de agendar, organizar y recordar los eventos y compromisos de todos.
Es complicado organizar nuestra vida. Estar pendientes de nuestros compromisos, tareas, trabajos, etc. Y cuando tenemos hijos, tenemos que hacernos cargo de nuestro calendario y el de ellos. Es un trabajo muy complicado y sobre todo confuso.
Dicen por ahí que el mommy brain (cerebro de mamá) es el resultado, como casi todo, de las hormonas; y que dura aproximadamente hasta un año después del parto.
Yo sinceramente creo que es como el sueño, nunca vuelve a la normalidad.
Yo tengo dos hijos y me vuelvo loca, mi amiga con cuatro… no se cómo le hace, la verdad.
Tengo la esperanza de que suceda una de dos cosas: que recupere mi capacidad cerebral o que me acostumbre a la que tengo ahora. ¿Qué creen que suceda primero?
Gracias por leer
Por Claudia García Reyes
Twitter: @la_peor_mama