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Inicia la primera feria de la Canasta en la Ciudad de México
Foto de @LaraPaola1

Comienza la primera feria de la Canasta en la Ciudad de México. Cerca del Monumento a la Revolución artesanos de pueblos y barrios originarios de la metrópoli y de distintos estados de la República se dan cita para ofertar los productos.

Se trata de una iniciativa de la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema) junto con la Secretaría de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes (Sepi), que busca ayudar a los capitalinos a transitar del uso de plásticos de un solo uso a productos más amigables con el ambiente.

Los cestos, canastas, bolsas y chiquihuites tapizan de colores las mesas en donde los artesanos exhiben sus productos, como Jessica Martín Sanjuan del Estado de Hidalgo proveniente de una comunidad otomí, que oferta bolsas de hechas de ixtle, la artesana explica que esta técnica prehispánica la aprendió desde niña y considera, es la herencia de sus abuelos.

El ixtle se obtiene de una penca de maguey, es sometida a un proceso que permite suavizarla, después pasa a ser hilada en un telar de cintura o ganchos, dependiendo el terminado que necesitemos, agregó.

Martín Sanjuan comenta que en los pueblos indígenas este material sirvió para cargar a los bebés o transportar leña, a pesar de que ya no son tan comunes, su familia encontró en esta técnica ancestral una oportunidad de trabajo, la cual ha tenido que transformar para que sea más útil a estos tiempos.

Originario de la Noria, en el sur de la Ciudad, Ismael Hernández ofrece canastas y cestos de varios tamaños hechos con carrizo que corta en los canales de Xochimilco, indica que ahora sus productos tendrán una oportunidad mayor entre los capitalinos.

Carmela Arroyo, de la Sierra Norte de Puebla, oferta entre varios productos, los tecomates; unos cestos que sirven para mantener calientes las tortillas, hechos con forro de corteza del árbol de joconote y señala que los teje poco a poco usando los pies y uno de estos le toma alrededor de seis horas.

Las hebras bailan y obedecen el ritmo de las manos de doña María Hernández, originaria de San Pedro Aczumba, en el Estado de Puebla, ella teje cestos y servilleteros hechos de palma anicera y palma campechana, explica que anteriormente sus productos eran comercializados por un intermediario que pagaba muy poco por tan arduo trabajo.

Con información de Notimex