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A medios chiles

Una frase coloquial captó mi atención y como siempre me pasa primero trato de entender de dónde viene, que la gestó y así encontré que fue utilizada en México, desde mediados del siglo XIX;  “andas a medios chiles” se usaba en las clases bajas. Si me hubiera tocado adivinar nunca hubiera dado, pues su significado es bastante enredado. Puedo entender que signifique “a medio hacer”, pero de pronto me tope con que también significa  “medio borracho”.

El origen brota de un dicho popular originado a mediados del siglo pasado, en La Merced, en uno de los mercados más grandes de la Ciudad de México, donde los trabajadores cortaban chiles poblanos a la mitad para utilizarlos a manera de cono y se servían aguardiente, caña, tequila o mezcal. Se tomaban varios “medios chiles” mientras descansaban antes de volver al trabajo, por lo que la frase se hizo popular, y refiere a alguien que ha tomado algunas copas de alcohol, pero sin alcanzar el total estado de ebriedad.

Este dicho no lo conocía, en mi acervo cultural aparecen otros como “estar hasta las chanclas”, que  por un lado, se utiliza para referirse a estar harto de una situación y por otro, también se emplea para indicar que una persona está en un estado de ebriedad mayor, es decir, muy borracho. Proviene de la costumbre de referirse a las chanclas, que son zapatos de tela o cuero con suela plana sin tacón, comunes en los pueblos indígenas, y nuevamente la referencia toca desprecio a las clases bajas, como si solo se diera ahí.

“Pulque bendito, dulce tormento ¿qué haces afuera? ¡Vamos pa dentro!”. “No tiene la culpa el pulque, sino el briago que lo bebe”.

Hay cientos de dichos e incluso hay las letras de algunas canciones que tocan coloquialmente el tema como la de Bartola de Chava Flores, que tiene un estribillo que dice:

Mira Bartola

Ahí te dejo esos dos pesos

Pagas la renta

El teléfono y la luz

De lo que sobre

Coges de ahí para tu gasto

Guárdame el resto

Para echarme mi alipus

Son muestras de una manera popular de exponer una problemática dolorosa que ha surcado los siglos, convirtiéndose cada vez más en un verdadero problema, al que no hemos sido capaces de enfrentar.

Teporocho, cachado, chupado, pedo, ebrio, anda hasta la madre, jalado, pisteado, hasta el queque, bebido, chispita y podría seguir; cuantas palabras para hablar de quien ha bebido de más, despectivas, peyorativas, que hablan de vergüenza, de humillación y marcan con claridad un signo reprobatorio a la conducta de quienes beben de más.

Antes de la Colonia, el uso de mezcal y el pulque estaban relacionado a los usos y costumbres, estaba supeditado a las ceremonias y rituales, donde sobre todo el pulque tenía una característica que se elevaba a lo sagrado. Aunque no he encontrado datos sobre esto, me da la impresión que seguramente algunos lo usaban contra el dolor del dominio de otros pueblos, pero esto es algo que supongo y no puedo sostener con ninguna evidencia.

Lo que es un hecho es que cuando los europeos llegaron a América, introdujeron nuevas formas de destilación y métodos de producción de alcohol, que  eran más fuertes. A medida que avanzaba la colonización, las tradiciones indígenas relacionadas con el consumo de alcohol se vieron afectadas y en algunos casos, reemplazadas. El aguardiente y otras bebidas alcohólicas de mayor graduación alcohólica, se volvieron más comunes con la introducción de nuevas técnicas.

Sin duda el dolor de ser sometidos, despojados, esclavizados, generó un impulso para el consumo y según recuerdo, en algún estudio del que mi madre habló, también las embriagantes bebidas fueron usadas como método de intercambio, incluso para quitarles sus tierras. Recuerdo el caso de San Cristóbal de las Casas, donde Coca-Cola ha enfrentado críticas y controversias relacionadas con el acceso al agua. Según los informes, la planta embotelladora ha sido acusada de agotar los recursos hídricos locales, lo que ha generado escasez de agua potable para las comunidades locales. Además, se ha señalado que la compañía paga una cantidad relativamente pequeña por el acceso al agua, en comparación con los beneficios que obtiene. Estas acusaciones han llevado a protestas y boicots por parte de algunas comunidades indígenas en Chiapas. En este lugar me ha tocado ver una población, diezmada, empobrecida y en el caso de los hombres la vez que estuve por ahí muchos en estado de ebriedad desde muy temprano.

Este es solo un ejemplo de cómo las industrias, la injusticia, el hambre y la pobreza, se han ido abrazando poco a poco de este fenómeno que hoy se llama alcoholismo.

Cuando niña viaje por el país acompañando a mi mamá en sus prácticas de campo ya que era antropóloga, y mientras ella estaba investigando la producción de tabaco, yo observaba en los pueblos una cantidad de seres humanos intoxicados, tirados en la calle como bultos que me generaban una tristeza enorme. Desde luego esto no descarta a las ciudades, sobre todo en el centro.  Ahora he visto que esto se ha incrementado y han aparecido otro tipo de anestesias como la mona, hecha de solventes que se inhalan para no sentir hambre. Claro que está la marihuana, drogas más fuertes y ahora las metanfetaminas, pero todo esto es más caro y se inserta en una clase social que puede adquirirla.

En el siglo XV, vivían en el continente Americano cerca de 80 millones de indígenas. Interesante saber que la mayor parte, en distinto grado, dominaban el uso de las matemáticas, la arquitectura, la música, la astronomía, la veterinaria, las plantas medicinales, el cuidado del medio ambiente y de la salud, y sus civilizaciones se encontraban entre las más desarrolladas de su época. ¿Hambre? Se que cuando había catástrofes climáticas los pueblos buscaban otros espacios donde asentarse, para cultivar.

Al llegar los europeos, se desequilibró la dinámica de estos pueblos. Probablemente el efecto más drástico, fue el desastre demográfico, que generó un masivo aniquilamiento de la población. Esta disminuyó entre el 95 y 96 por ciento en 130 años, y en el Caribe, casi fue exterminada en menos de 50 años.

Los pueblos nativos además tuvieron que hacerle frente a nuevas enfermedades como la viruela, el sarampión, tifus, la fiebre amarilla, la malaria y nuevos comportamientos frente al uso del alcohol, entre otros. Apareció la muerte sistemática de los indígenas, sometidos a trabajos forzados y a castigos inhumanos. Fueron y son excluidos, explotados, relegados a las tierras más inhóspitas, y tratados como mano de obra barata. Quizá el trauma de la colonización tenga las raíces en todo esto, y ahí se gesten los verdaderos orígenes de los principales problemas actuales de nuestros países en el continente.

La marginación de la población indígena hoy se traduce en índices alarmantes de pobreza, donde la falta de tierra, bajos salarios, desempleo acentuado, altos índices de analfabetismo donde todavía es mayor en las mujeres; deserción escolar, necesidades básicas insatisfechas, y un perfil epidemiológico donde predominan enfermedades por causas que podrían ser prevenibles. Los datos disponibles sobre el uso y el consumo excesivo de alcohol entre los pueblos indígenas son limitados. Sin embargo, son suficientes para mostrarnos la gravedad del problema.

La relación entre las variables pobreza y etnicidad va siempre en proporción directa, esto es inaceptable pero un hecho que lacera nuestra existencia como seres humanos.

El alcohol ha ido generando gráficas que alarman, se estima que el 51% de hombres adultos, 45% de jóvenes y 11% de mujeres beben actualmente. El inicio de la ingesta alcohólica ocurre alrededor de los 17 años, donde la edad promedio está en un rango entre los 15 a 19 años, aunque hay casos de niños que empiezan desde los diez años. Lo doloroso es que  se mantiene como un hábito a lo largo de la vida.

En las comunidades indígenas las mujeres, en comparación con los hombres, tienen una mayor percepción de que el consumo de bebidas alcohólicas, pero ellos cuentan con espacios para la recreación como bares, billares o pulquerías y ellas están en casa a cargo del cuidado de los hijos. A medida que la población indigena baja y se va insertando en las ciudades, muchas mujeres van cambiando sus hábitos, y también comienzan en el doloroso camino de anestesiar el dolor, el hambre, las vejaciones con las embriagantes bebidas y otras drogas que están al alcance.

¿Cómo enfrentar el problema? Es difícil saberlo, aunque se han desarrollado diversos mecanismos de política pública en diversos ámbitos con la finalidad de mitigar tanto su presencia, incidencia y consecuencias, parece no ser suficiente.

En México, 20 millones de personas enfrentan consumo problemático de alcohol, y la pandemia de COVID-19 empeoró la situación. El impacto en las comunidades indígenas según cifras oficiales, muestran que  el alcohol y el tabaco son las sustancias más usadas y causantes del mayor daño en poblaciones muy vulnerables. Como lo he dicho desde el principio, debido a los niveles de pobreza y limitado acceso a la salud, educación y otros servicios apropiados para la prevención y tratamiento de los problemas relacionados con el consumo de alcohol, estas poblaciones están sometidas a una degradación que es inaceptable.

Es inevitable que me asombre, un dicho me lleva a generar toda una disertación interna, que confirma mi mirada de darle un peso mayor a la educación y la salud en las políticas públicas.

Mientras, a nivel cancha, mi labor en el mundo emocional sigue buscando formas para abordar el dolor, para que cualquier persona sin importar su clase social tenga acceso a un trabajo emocional que vaya suturando las heridas que tantas veces son transgeneracionales.

He sido testigo en mi historia personal, de cómo el alcohol es fuente de la desintegración de muchas familias, donde la violencia y otras problemáticas se suman. Me ha tocado trabajar con las secuelas que brotan de esta problemática, y he tenido la oportunidad de entrar donde habita la aflicción que se anestesia de esta manera, donde el alcoholismo es un síntoma de cosas mucho más profundas.

Por DZ

Claudia Gómez

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Datos tomadas de:

Alcohol y Salud de los Pueblos Indígena Area de Tecnología y Prestación de Servicios de Salud Unidad de Salud Mental, Abuso de Sustancias y Rehabilitación

Organización Panamericana de la Salud

Oficina Regional de la  Organización Mundial de la Salud

https://www.gob.mx/salud/prensa/502-en-mexico-20-millones-de-personas-enfrentan-consumo-problematico-de-alcohol?idiom=es

https://www.gob.mx/salud/prensa/502-en-mexico-20-millones-de-personas-enfrentan-consumo-problematico-de-alcohol?idiom=es

https://www.insp.mx/avisos/5128-dia-uso-nocivo-alcohol.html