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Papa Francisco aprueba beatificación de Óscar Romero
Foto de Telesur

El papa Francisco decretó el martes que el arzobispo de San Salvador, Oscar Romero, fue asesinado por odio a la fe y aprobó una declaración de martirio que allana el camino a la beatificación.

Francisco, el primer papa latinoamericano, aprobó el decreto que honra a un héroe del catolicismo regional en una reunión con el titular de la oficina vaticana a cargo de las beatificaciones.

“Nos hemos desayunado con esta grata noticia del papa Francisco anunciando que reconoce ya oficialmente el martirio de monseñor Romero y declarándolo beato”, dijo a la AP monseñor Rafael Urrutia, encargado de promover la causa de beatificación de Romero. “Dios está pasando de nuevo por El Salvador con esta noticia que es una invitación a la reconciliación de la paz, a la solidaridad fraterna”.

Urrutia explicó que el arzobispo capitalino José Luis Escobar Alas se encuentra en Roma y que a sus regresó se definirá la fecha de beatificación oficial de Romero en un acto litúrgico que se realizará en el país en la que los acompañará un enviado del papa.

Romero, llamado también “la voz de los sin voz”, fue asesinado el 24 de marzo de 1980 con un disparo al corazón cuando oficiaba misa, un día después de pedir a los militares en una homilía: “En nombre de Dios y de este sufrido pueblo les ruego, les suplico, les ordeno, en nombre de Dios, cese la represión”.

Un informe de la Comisión de la Verdad de Naciones Unidas, creada poco después de los acuerdos de paz, determinó que el autor intelectual del crimen fue el ya fallecido mayor Roberto D’Aubuisson, fundador del partido derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), que gobernó el país durante 20 años (1989-2009).

Sin embargo, los responsables del crimen no serán castigados debido a una amnistía promulgada por el gobierno de Arena horas antes de ser divulgado el informe de la Comisión en 1993.

Romero, como muchos sacerdotes, recibió decenas de amenazas de sectores ultraderechistas que le decían a sus seguidores: “Haga patria, mate un cura”.

Ahora, a 35 años de su muerte, en tiempo de campaña electoral, y cuando se conoció que estaba a punto de ser beatificado, dirigentes del derechista partido Arena han calificado a Romero como “un líder histórico” y hasta han prometido construirle un monumento.

“Monseñor Romero es un líder histórico en el país, es un líder para nosotros los católicos, es nuestro guía y el líder de la iglesia”, dijo el presidente de Arena, Jorge Velado en entrevista para una televisora local.

Velado sostiene que no hay ninguna prueba que confirme que D*Aubuisson participó en el crimen y señala que cuando Romero fue asesinado Arena no existía, por lo que considera malicioso querer mezclar a su partido con el crimen.

La causa de beatificación estuvo bloqueada durante años por temor a una asociación con la teología de la liberación —un movimiento al que Romero nunca perteneció_, la que aboga por dar prioridad a la atención a los pobres.

Francisco desbloqueó la causa poco después de su elección.

No se ha fijado fecha para la beatificación. Francisco prácticamente descartó que la celebre él mismo, al decir recientemente que correspondería al titular de la oficina de causas de beatificación, cardenal Angelo Amato, y al prelado promotor de la causa desde hace décadas, monseñor Vincenzo Paglia, decidir quién tendría ese honor.

Paglia preveía reunirse con la prensa el miércoles para hablar de la histórica causa.

A diferencia de otros candidatos a la beatificación, los mártires pueden alcanzar la beatificación, el primer paso a la posible elevación a los altares, sin que se atribuya un milagro a su intercesión. La canonización sí requiere un milagro.

En la tradición católica, el martirologio está reservado a personas muertas por odio a la fe. La causa de Romero se vio demorada entre otras razones por dudas acerca de si fue asesinado debido a su actitud de apoyo a los pobres o por su fe.

El decreto firmado por Francisco el martes dice claramente que Romero fue un mártir en el sentido clásico, muerto por odio a la fe.

Con información de AP.