En la que fue quizás la final más emocionante en la historia de la división, Coras Tepic no fue capaz de hacer valer su localía ni el haber terminado como líder del Ascenso MX al caer frente a Necaxa por la vía de los penales en el partido de vuelta de la final del Ascenso … Continued
En la que fue quizás la final más emocionante en la historia de la división, Coras Tepic no fue capaz de hacer valer su localía ni el haber terminado como líder del Ascenso MX al caer frente a Necaxa por la vía de los penales en el partido de vuelta de la final del Ascenso MX, con lo que los “Hidrorayos” se coronaron campeones de la división de plata del futbol mexicano.
Luego del 0-0 en la ida, el encuentro de vuelta comenzó con ambas escuadras muy precavidas, por lo que no hubo jugadas de peligro en la primera hora de juego.
Fue hasta el minuto 30 que se dio el primer tiro a gol, obra del necaxista Luis Padilla, que con un buen cabezazo envió el balón al fondo de las redes luego de que Sánchez lo peinara en el área.
El gol animó el partido, que vivió momentos de locura, pues al minuto 35, cuando más sufría en el partido, el conjunto local empató el juego con un impresionante tiro libre de Raúl López.
Necaxa quedó pasmado con el tanto de la igualada, y Coras aprovechó esto para iniciar un veloz contragolpe que terminó con el defensa de los Rayos, Carlos Ramos, derribando en el área a Ortíz, por lo que el árbitro no lo dudó y marcó penal, además de expulsar al central.
Adolfo Bautista hizo valer su experiencia y derrotó al portero necaxista desde los once pasos con un colocado tiro a su derecha. El Bofo volvía a marcar en una final.
El primer tiempo terminó de la peor manera para el conjunto de Aguascalientes, con un hombre menos, de visitante, y uno abajo en el marcador, y el segundo tiempo no empezó mejor.
Al minuto 68, Coras, que controlaba a placer el partido, vio ampliada su ventaja con un gol de Diego Hernández, que cerró la pinza y colocó una pesada losa sobre su rival.
A pesar de las circunstancias del partido, los necaxistas no se vinieron abajo y atacaron con más garra y orgullo que idea, lo que les valió para conseguir un dudoso penal a 12 minutos del final.
El “Tata” Goncalves se encargó de darle un poco de esperanza a los suyos al cobrar de gran manera el penal y poner el 3-2 en el marcador, lo que revivió al Necaxa y preocupó en exceso a Coras.
El cuadro local perdió el control del partido con el gol y fue testigo de cómo Necaxa se les iba encima, logrando lo impensable, cuando Víctor Lojero envió un violento disparo al fondo de la portería y empatando el partido a los 85 minutos.
El 3-3 luego del silbatazo envió la final a los tiempos extra, donde el cansancio y el orgullo de los visitantes hacían creer que se jugaba un partido de once contra once.
Luego de que el primer tiempo extra terminó sin goles, Coras recobró un poco la confianza y volvió a atacar a los Rayos, sobre todo cuando el balón estaba en los pies de Éder Pacheco, sin embargo cuando más desaparecido estaba el Necaxa, una falta les dio la oportunidad perfecta para marcar, la cual no desaprovecharon y Lojero nuevamente se vistió de héroe al cabecear el balón para poner el 3-4.
Pero a falta de solo segundos para que terminara el partido, Coras envió un último y desesperado centro al área necaxista, que resultó en una mano de Riestra, lo que derivó en un dramático penal que “el maestrito” Mora cobró de manera excelente para enviar la final a la tanda de penales.
Los penales, a pesar del cansancio y los nervios, fueron cobrados con gran maestría y tranquilidad, hasta que el portero necaxista Jesús Gallardo logró detener el quinto disparo de los nayaritas, luego de haber adivinado los dos anteriores, lo que significó el 4-5 que le dio, por fin, el triunfo a la escuadra hidrocálida.
Emocionante y heróico lo logrado por el histórico cuadro rojiblanco, que sufrió y mucho para conseguir el título, y más importante aún, la mitad del pase a la Primera División del futbol mexicano. Felicidades a todos los aficionados necaxistas, que no han dejado de apoyar a pesar de los descensos y las decepciones, lo merecen.