Si bien la educación no es panacea que resuelve todas las necesidades, “sin esta no prospera la justicia y tampoco florece la democracia”, dijo el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles. En la ceremonia de apertura del ciclo escolar 2014-2015, en el Centro Cultural Tlatelolco, sostuvo que “sin educación … Continued
Si bien la educación no es panacea que resuelve todas las necesidades, “sin esta no prospera la justicia y tampoco florece la democracia”, dijo el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles.
En la ceremonia de apertura del ciclo escolar 2014-2015, en el Centro Cultural Tlatelolco, sostuvo que “sin educación no hay forma de ejercer la libertad a plenitud; forma y también libera; dispensa dosis de sabiduría y robustece el alma y la conciencia”.
México tiene que alinear su futuro con el de la educación, porque es uno de los principales mecanismos que existen para promover la equidad, el progreso, la integración social, la movilidad y el ascenso de las personas en la escala social y fundamental para incrementar las capacidades productivas, expresó.
Acompañado por exrectores, profesores eméritos y jóvenes que recién iniciarán sus estudios en la UNAM, advirtió que en el país, de cada 10 jóvenes en edad de cursar estudios superiores, únicamente tres o cuatro pueden hacerlo. “Este es uno de los grandes problemas que tiene que resolver el Estado mexicano; entre más pronto mejor”.
Expuso que la Universidad Nacional ha hecho, sobradamente, lo que le corresponde para contribuir a atenuar este problema que afecta el futuro de la mayoría de los jóvenes mexicanos y que, sin duda, limita el desarrollo nacional.
“La matrícula de la UNAM no ha dejado de aumentar en los últimos siete años. Entre el 2007 y el presente, la población estudiantil ser ha incrementado en cerca de 40 mil estudiantes”, refirió, al recordar que hace tres lustros había 269 mil alumnos, por lo que el crecimiento en 15 años es de casi 70 mil estudiantes.
Expuso que la cantidad de alumnos admitidos en el ciclo escolar que ahora inicia es de 45 mil 959, lo que representa a más de ocho mil con respecto a quienes ingresaron en 2007, y de casi 16 mil jóvenes con respecto del año 2000.
Esos jóvenes hoy tienen acceso a las 108 licenciaturas que se imparten en las 24 escuelas y otras entidades académicas de la institución, refirió.
A ellos hay que sumar los 34 mil 792 que ingresaron a la Escuela Nacional Preparatoria o al Colegio de Ciencias y Humanidades. “Casi 81 mil nuevos alumnos de bachillerato y licenciatura inician cursos en la UNAM”, así como 11 mil nuevos estudiantes de posgrado.
Narro Robles destacó que “pocas instituciones educativas en el mundo tienen la gran responsabilidad de iniciar sus años lectivos con 92 mil nuevos estudiantes”.
La UNAM, sostuvo, asume como compromiso permanente ofrecer la mayor cantidad de lugares a los jóvenes que desean ingresar a la educación media superior y a la superior, pero se ve condicionado por los recursos económicos que se requieren para aumentar la matrícula.
Subrayó que en los últimos años se ha contado con el apoyo presupuestal de las instancias del Poder Ejecutivo y Legislativo.
Las naciones más prósperas, planteó, lo son justamente porque decidieron cimentar su futuro en la educación de sus jóvenes; apostar a la investigación científica, humanística y tecnológica, así como a la innovación. “Ese es el camino que tenemos que seguir si no queremos rezagarnos en el concierto mundial”.
El rector de la Máxima Casa de Estudios dijo a los jóvenes que a la par de los grandes avances a los que asiste hoy la humanidad, en el mundo todavía hay cientos y cientos de millones de hombres, mujeres y niños que padecen hambre, exclusión y pobreza extrema.
“Los impresionantes logros y avances científicos y productivos no evitan que en el mundo mueran millones de personas por enfermedades que no solo son curables sino incluso prevenibles”, lamentó.
Al respecto, agregó que esos avances tampoco impiden que, especialmente niños y ancianos, sufran e incluso mueran a causa de la desnutrición o el hambre; y que no sepan leer ni escribir y sigan excluidos.
Antes, en entrevista, se refirió a la deserción escolar que, dijo, es particularmente importante en el paso de la secundaria al bachillerato y de este a la universidad.
Explicó que se tienen que analizar las causas económicas y familiares, pero también “las que tienen que ver con la expectativa de los jóvenes que a veces con planes de estudio rígidos y poco flexibles ellos no encuentran la motivación para poder seguir avanzando”.
En el caso de la UNAM, se está tratando de atender, por un lado el tema de la deserción y, por otro, el de que eficiencia terminal ha mejorado sistemáticamente en los últimos años, aunque sea de manera modesta, puntualizó el rector José Narro Robles.
Con información de Notimex.