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Por una cantidad nada despreciable de dólares se puede garantizar un precio de referencia para el barril de crudo.

El tercer informe al pueblo bueno dice que este año empezará la recuperación de la producción petrolera nacional y que por primera vez en 14 años se logró detener la caída en la base de producción de crudo de Petróleos Mexicanos.

La realidad del mundo dice que para el próximo año se abre la posibilidad de que la economía global entre en un proceso de recesión, o al menos es prácticamente un hecho que habrá una desaceleración del Producto Interno Bruto mundial.

El sentido común indica que el petróleo bajaría su precio si la demanda se ve afectada por esa eventual recesión global. Por lo tanto, lo mejor es contar con los seguros posibles en caso de ese escenario.

Faltan cuatro días para que el gobierno federal presente al Congreso su iniciativa de Paquete Económico donde debe incluir, entre muchas otras cosas, sus expectativas de producción y precio estimado de venta de los diferentes tipos de petróleo que se producen en México.

Lo primero que hay que esperar, casi rezar, es que haya la suficiente conciencia como para no sobreestimar ni el precio ni la plataforma de producción petrolera. Vamos, atender a un mercado que no promete ser exuberante en sus precios, y a la realidad de que poder aumentar la producción de petróleo en México es por ahora un buen deseo.

Por el precio correcto, el mercado está dispuesto a tomar una apuesta a México. Por una cantidad nada despreciable de dólares se puede garantizar un precio de referencia para alguna cantidad de barriles de petróleo.

Nada puede sonar más neoliberal y fifí que entrar a este mercado de especulación de los precios de los commodities, que además cuesta. Pero, con un poco de sentido común, no puede haber nada mejor que comprar un seguro y no usarlo. Esa es, al final del día, la cobertura petrolera que hoy tiene pendiente de cerrar la 4T.

Quedan horas suficientes para definir estos contratos. De hecho, las autoridades de la Secretaría de Hacienda y del Banco de México estarían afinando los detalles del paquete de coberturas petroleras para el 2020. Pero en estos tiempos no hay nada seguro, ni siquiera lo que parece lógico.

De hecho, más allá de que el gobierno mexicano sí quiera tener esos ingresos cubiertos, no pinta ni fácil la negociación, ni tampoco se antoja que se puedan conseguir a bajos precios, porque el escenario que por ahora domina el ánimo mundial es precisamente el de la eventual recesión global.

Los precios del petróleo son de los primeros pararrayos financieros en esos cálculos recesivos. De hecho, con los últimos disparos de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, se notaron de inmediato los efectos en los precios de los hidrocarburos.

El West Texas Intermediate, que es el referente petrolero de Estados Unidos, ha perdido más de 20% de su valor en poco más de cuatro meses, y tan sólo ayer se derrumbó 3 por ciento. La mezcla mexicana, que es el promedio de los precios de los petróleos crudos mexicanos, ha tenido una suerte similar.

Entonces, el primer paso es tener clara conciencia de que no se puede exagerar ni en el precio ni en la plataforma de producción en el Paquete Económico del 2020. Y después, hay que garantizar lo que se pueda de la producción con estas coberturas.

Esa señal abonaría al discurso del tercer Informe de Gobierno al pueblo bueno que promete que si algo se respetará es la salud de las finanzas públicas.