Elecciones 2024
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En las ediciones de “Sin fronteras” de la semana anterior comentamos que los mercados parecían haber tomado una actitud complaciente impulsada por la expectativa de que las tensiones comerciales no volverían a escalar.

Dicha complacencia se ha puesto a prueba nuevamente con tres hilos de tuits del presidente Trump en esta semana: I) la inesperada decisión de implementar aranceles a las importaciones de acero provenientes de Argentina y Brasil; II) la amenaza de imponer aranceles de hasta 100% a importaciones provenientes de Francia por un monto de hasta 2,400 millones de dólares, y III) la declaración de que las negociaciones de la fase 1 del acuerdo comercial con China podrían prolongarse hasta después de las elecciones del 2020.

La reacción de los mercados no se hizo esperar con los índices accionarios registrando pérdidas moderadas y los bonos del tesoro y el dólar fortaleciéndose.

Aunque las malas noticias del martes fueron matizadas con señales de avance ayer miércoles, parece que las buenas noticias en el frente doméstico, como el buen desempeño del PIB en el tercer trimestre de este año y los máximos históricos de los mercados, han envalentonado al presidente Trump para tratar de extraer mayores concesiones de sus contrapartes en las negociaciones comerciales.

Aunque los mercados han aprendido a no reaccionar a todos y cada uno de los tuits del presidente Trump, aquellos que tienen que ver con la guerra comercial siguen teniendo un impacto tangible.

A pesar de las declaraciones de esta semana que han puesto en duda el anuncio de un acuerdo comercial fase 1 con China, la mayoría de los expertos sigue anticipando que China y Estados Unidos llegarán a un acuerdo antes de la fecha límite del 15 de diciembre, en la que está programado un incremento adicional en los aranceles a las importaciones provenientes de China.

Esta expectativa se fundamenta en la percepción de que la mayoría de los temas comerciales de la fase 1, que es muy estrecha, ya está acordada.

Aunque el mercado reaccionaría positivamente a un acuerdo fase 1, todo el mundo tiene claro que éste sería un acuerdo hueco en el que los temas importantes, de lo que comenzó como una guerra comercial y poco a poco se ha convertido en una guerra fría, tardarán años en resolverse.

El enfrentamiento con China se puede simplificar en tres niveles: I) asuntos comerciales; II) asuntos de tecnología, y III) asuntos geopolíticos.

La fase 1 ni siquiera se encargará de resolver el primero de estos niveles y simplemente podría llevarnos a evitar nuevos aranceles y con algunas concesiones menores de compra de productos agrícolas estadounidenses por parte de China.

El conflicto entre China y Estados Unidos es, en realidad, un tema que llegó para quedarse y, aun si se da el acuerdo fase 1, no deberíamos esperar una fase 2 y mucho menos una fase 3 ni en el corto ni en el mediano plazos.

Aunque Trump pudiera parecer ansioso por anunciar un acuerdo fase 1 antes del 15 de diciembre y venderlo como una victoria, también existe la posibilidad de que prefiera esperar a la conclusión del proceso de juicio político en su contra (que podría darse en febrero) para anunciar una “victoria” en la negociación con China y cambiar la narrativa.

De ser así, podríamos ver un cierre de año muy volátil para los mercados.