Elecciones 2024
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Faltan menos de 15 días para que termine el año, prácticamente quedan dos días hábiles de este 2021, ya estamos en la primera posada y todavía no hay un panorama con un poco de certeza para poder hacer cálculos medianamente útiles del comportamiento de la economía mexicana durante el próximo año.

Si algo ha caracterizado a los pronósticos macroeconómicos durante estos últimos tres años ha sido la imprecisión.

Empezamos el 2019 con una expectativa de expansión del Producto Interno Bruto de 4% y acabamos en recesión. El 2020 y la explosión mundial de la pandemia acabó con cualquier expectativa positiva que se hubiera tenido para ese año. Y este 2021 ha tenido un rebote inferior al esperado en materia del PIB y una inesperada presión inflacionaria.

Ya desde inicios de este año que acaba se veían algunas presiones en determinados precios. Los alimentos mantenían una presión inflacionaria importante desde el año pasado.

Se hacían cálculos del impacto en los precios de los cuellos de botella que se apreciaban en la reactivación industrial, como la falta de microcomponentes electrónicos y los problemas de logística. Pero no había una dimensión de la extensión e impacto en las cadenas productivas.

Los energéticos, que habían reducido sus precios de forma drástica con la caída por la demanda tras el confinamiento mundial por la Covid-19 durante el 2020, tuvieron tal aumento en sus precios que rápidamente contaminaron la formación de precios de múltiples sectores.

Entonces, hoy tampoco es posible tener un pronóstico inflacionario que se pueda dar por válido. Sobre todo, cuando la propia Reserva Federal de los Estados Unidos acaba de aceptar que este fenómeno inflacionario no es tan transitorio como se repitió durante tantos trimestres.

Y con esta visión modificada de la duración de las presiones en los precios, tampoco es posible, por ahora, anticipar el comportamiento de las tasas de interés y con ellas de otras variables como el propio tipo de cambio.

En México, hoy el Banco de México tomará su última decisión de política monetaria del año. El primer factor que deben considerar es la decisión asumida ayer por la Fed de acelerar el retiro de estímulos monetarios y anticipar tres incrementos en la tasa de interés durante el 2022.

Es también la última reunión de política monetaria con una configuración ideológica en el banco conocida por el mercado y es una decisión que se asume cuando el Índice Nacional de Precios al Consumidor presenta el nivel más elevado en prácticamente lo que va del siglo XXI.

¿Qué nos dice, por ejemplo, la fotografía de estimaciones de los analistas que consulta el Banxico?

Que tendremos una inflación durante el 2022 de 4%, un crecimiento del PIB de 2.8%, una tasa de interés interbancaria de 6% y un tipo de cambio al cierre del año de 21.30 pesos por dólar.

Estos son los datos de la encuesta publicada hace apenas 15 días. Mañana se publica la última consulta del año entre estos expertos y hay que ver qué tanto cambió su panorama en apenas una quincena.

Ahí tendremos un acercamiento a esta realidad de lo difícil que resulta hoy en día hacer pronósticos que puedan resultar consistentes con una realidad tan cambiante en lo interno y en lo externo.