La aprobación de las leyes secundarias de la reforma de telecomunicaciones quita presión al ambiente político
Mañana mismo reinicia en el Senado el debate de las leyes secundarias en materia energética y confían en que para inicios de agosto quede terminado el trabajo que corresponde a esta Cámara en esa materia.
Hay que ver cuáles son los tiempos de los diputados en los temas que tienen como Cámara de origen, pero con la mayoría afín al gobierno seguro que serán similares.
Por eso es que no cayó tan mal que los mexicanos hayamos logrado la unanimidad en un asunto que no tiene ninguna trascendencia, pero sí relaja mucho los ánimos, por su carácter catártico.
Por primera vez en mucho tiempo todos estamos de acuerdo en algo, en que “no era penal”. No pasará nunca de la broma, de los memes, de los tuits, pero ha sido una fortuna hacer todos algo a la vez y en la misma dirección.
La política fiscal que se aplica es otro de los grandes obstáculos, los impuestos vigentes a partir de este año pegaron duro en el gasto y en el ánimo. Esto les garantizo que será tema de debate intenso y fratricida durante el último trimestre del año.
Aparecía de manera destacada en la encuesta de finales del mes pasado la incertidumbre política interna. Seguro que la aprobación del paquete en telecomunicaciones habría de relajar esta preocupación.
En cuanto a la debilidad del mercado interno y la incertidumbre que priva al interior del país, seguro que los datos económicos de esta segunda mitad del año habrán de atenuar estas preocupaciones.
Y es que si bien una vez más hay una reducción en las expectativas de crecimiento de la economía para este año, la realidad es que para poder cumplir con 2.65% que estiman los analistas de la encuesta del Banxico habría que tener tasas de crecimiento superiores a 3% en los dos trimestres restantes.
La base baja de comparación ayudará estadísticamente a ese propósito, sin duda. Pero también hay un enorme jalón desde Estados Unidos a la economía mexicana.
Si ninguna turbulencia financiera se nos cruza en el camino es probable que mejore la confianza de productores y consumidores en lo que resta del año y se pueda cumplir con los pronósticos revisados por enésima vez.
De lo contrario, pues habrá que seguir en el mismo camino de revisar a la baja las estimaciones.