Tan descabellado es resucitar la farsa del “segundo tirador” como insistir en la estupidez de que hubo hasta “cuatro Aburtos” y ninguno fue el que se encuentra en la cárcel
Urgido de distractores ante la corrupción en el oficialismo que se ha venido destapando y la patente negligencia para atender demandas como la de seguridad en Uruapan y el creciente movimiento del sombrero, el segundo piso del obradorato exhuma el caso Colosio y reinventa la patraña del “segundo tirador”: la Fiscalía General de la República detuvo el sábado en Tijuana a Jorge Antonio Sánchez Ortega, ex agente del extinto Centro de Investigación y Seguridad Nacional.
La captura engarza con los facciosos apetitos de la irresponsable titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Rosario Piedra, quien se empeñó por la reapertura del caso con el propósito de sacar de la cárcel al asesino material, confeso y sentenciado del crimen, Mario Aburto Martínez.
El proceder de la Fiscalía de Alejandro Gertz Manero contrasta con su indignante pasividad para proceder contra quienes, en la narcofiscalía sinaloense, armaron un burdo montaje para pervertir las investigaciones del secuestro y traslado a Estados Unidos de Ismael, El Mayo Zambada.
Héctor Melesio Cuén Ojeda, ex rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa y ex alcalde de la capital Culiacán, fue asesinado en la finca de Joaquín Guzmán López la mañana en que El Mayo Zambada iba a mediar entre Cuén y el gobernador Rubén Rocha Moya en su disputa por el control de la UAS, pero el Ministerio Público estatal, dirigido entonces por la impune Sara Bruna Quiñónez, difundió un video en que se vio, no de día, sino de noche, la camioneta del ex rector en una gasolinera, asegurando que fue allí donde Cuén fue asesinado “en un intento de asalto”.
El cuentazo del “segundo tirador fue inventado por el ex fiscal especial Pablo Chapa Bezanilla (el del montaje sustentado en las “videncias” de la bruja Paquita la del cráneo), inculpando al finado Othón Cortés, quien fue exonerado por el intachable juez segundo de Distrito en Materia de Procesos Penales Federales Jorge Pardo Reboledo (hoy ministro en retiro forzado de la Suprema Corte), quien liberó a Cortés y sentenció (cosa juzgada) que Aburto realizó los dos disparos contra Colosio.
Aquel homicidio del candidato presidencial del PRI motivó la mayor y más compleja investigación en la historia penal mexicana, realizada tanto por la desaparecida Procuraduría General de la República como la CNDH y superada solo por ambas instituciones respecto de la desaparición y asesinato de Los 43 de Ayotzinapa.
Tan descabellado es resucitar la farsa del “segundo tirador” como insistir en la estupidez de que hubo hasta “cuatro Aburtos” y ninguno fue el que se encuentra en la cárcel.
Peor: el ex agente del Cisen, ampliamente investigado hace 31 años, fue señalado por López Obrador, quien, en su rabia contra Genaro García Luna, pergeñó el embuste de que el ex secretario federal de Seguridad había ido a Tijuana el 23 de marzo de 1994 para “rescatar” a Sánchez Ortega, y no parece haber otra causa para haberlo capturado.
Sin embargo, el nuevo engaño bien que sirve para la distracción…
