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Aumenta la especulación sobre los tiempos que tomará a la Fed iniciar su proceso de alza en las tasas de interés.

Cuando veíamos las bajas en los niveles de consumo en Estados Unidos durante los fríos meses de diciembre, enero y febrero decíamos que seguramente muchos de los ciudadanos de ese país habían optado por quedarse en casa, retrasar sus decisiones de compra y utilizar la nueva tecnología en línea para entretenerse.

Ya veremos si a la vuelta de nueve meses suben los servicios de maternidad como para comprobar que muchos prefirieron apagar la tele, pero por ahora lo que tenemos es la confirmación de que los servicios de video a petición, como Netflix, dispararon su número de suscriptores.

Salió el sol, se descongeló la nieve, los consumidores guardaron las chamarras y han regresado a las tiendas a hacer lo que mejor sabe hacer el mercado estadounidense: consumir.

Los datos de las ventas al menudeo de marzo pasado muestran un despunte importante. Las ventas subieron 0.9%, un nivel espectacular que sólo se explica en las caídas que presentó este indicador de 0.9% en diciembre, 0.8% en enero y 0.6% en febrero.

El dato del mes pasado refleja el despertar de los consumidores tras la postergación de las compras durante el invierno. Porque además las bajas inflaciones daban la confianza a los estadounidenses de que podían esperar a la primavera para realizar sus compras a los mismos precios de los días fríos.

Dado que marzo es el primer mes positivo después de tres meses difíciles, el índice anual es bajo. Apenas un crecimiento anual de las ventas al menudeo de 1.3 por ciento. Además, el sector industrial muestra también una contracción que merece la pena seguir de cerca.

Ahí es donde entra en acción la siguiente buena noticia económica de Estados Unidos. El índice de confianza que mide la Universidad de Michigan se elevó más de lo esperado. De los 93 puntos de marzo subió a los 95.9 puntos al inicio de este mes.

Hay ánimo en los consumidores, hay estabilidad de precios, hay creación de empleos y siguen los combustibles baratos como para animarse a comprar de todo.

Como exportadores, nos deben alegrar este tipo de noticias, porque adelantan tiempos mejores para industrias, como la automotriz que va a toda velocidad. Pero desde el punto de vista financiero es donde hay que poner el doble de atención.

Cada dato positivo de la economía de Estados Unidos aumenta la especulación sobre los tiempos que se tomará la Reserva Federal (Fed) para iniciar su proceso de alza de las tasas de interés y aumenta las presiones cambiarias por el fortalecimiento del dólar.

La inflación, que también es una guía para los banqueros centrales de Estados Unidos para determinar sus pasos a seguir, va en un camino lento pero seguro rumbo a 2 por ciento.

Y es que hay tantos dólares sueltos en el mundo que su recogida tenía que ser necesariamente un proceso doloroso, por eso es que vemos que hay un divorcio entre el buen sentimiento de ver la economía estadounidense recuperarse y la pesadumbre de tener que pagar en lo financiero este camino ascendente.