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La semana pasada, el Inegi dio a conocer los datos de inflación para el mes de agosto, revelando un incremento mensual de 0.58%, representando la mayor inflación mensual desde diciembre del año pasado.

La cifra mensual de agosto contribuyó a que la inflación anual se incrementara de 4.81% en julio a 4.90%, nivel considerablemente por arriba del consenso de expectativas que se ubicaba en 4.70%, de acuerdo con los datos de la encuesta Banamex publicada el 21 de agosto.

Asimismo, la cifra de agosto representa el tercer mes consecutivo en que la inflación anual muestra un incremento, revirtiendo la racha descendente observada entre enero y mayo.

Con estos datos, es altamente probable que el consenso de analistas del sector privado tenga que revisar considerablemente al alza sus expectativas de inflación para el cierre de este año, las cuales se ubicaban en 4.30% de acuerdo con la última encuesta Banamex y 4.47% de acuerdo con la más reciente encuesta levantada por Banxico.

La obligada revisión al alza de las expectativas de inflación también va en línea con los comentarios hechos por Banxico en su más reciente Informe Trimestral, donde se destaca que la convergencia de la trayectoria de la inflación general hacia el objetivo de 3% se verá retrasada hasta el segundo trimestre del 2020, dado el repunte en la inflación no subyacente.

Los factores que más han contribuido al deterioro en la inflación fueron los incrementos de precios en frutas y verduras y energéticos, parte del componente no subyacente de los datos.

Por su parte, la inflación subyacente mostró un incremento en línea con las expectativas de 0.25% durante agosto, llevando el dato anual a 3.63%, nivel idéntico al del julio.

En este sentido, Banxico ha mantenido que este indicador debería seguir una trayectoria descendente en los próximos trimestres para alcanzar el objetivo de 3% hacia el tercer trimestre del 2019. Sin embargo, Banxico también ha destacado el papel fundamental que han jugado los incrementos en la tasa de interés de referencia para evitar que el deterioro en la dinámica de precios de la canasta de bienes no subyacente provoque efectos de segundo orden importantes en la canasta de bienes que componen el índice de inflación subyacente.

Tomando en cuenta este contexto, en conjunto con las presiones recientes en el tipo de cambio, es cada vez más posible que Banxico se vea obligado a subir la tasa de interés objetivo una vez más antes de que concluya el año. Aunque el consenso de especialistas espera que Banxico no haga ningún movimiento en lo que resta del año, el deterioro en las expectativas de inflación y el hecho de que la Fed realizará dos incrementos más en la tasa de referencia en lo que resta del año podrían dejar poco espacio a Banxico para no actuar.

El argumento en contra de una nueva alza por parte de Banxico está en el deterioro en el balance de riesgos para el crecimiento y menores presiones inflacionarias por el lado de la demanda.

Durante el segundo trimestre, la economía mexicana mostró una fuerte desaceleración, justo cuando la economía americana alcanzó su mejor cifra de crecimiento en casi cuatro años.

Adicionalmente, el entorno de crecimiento y las condiciones financieras a nivel global comienzan a resentir los efectos de las tensiones comerciales que amenazan con incrementarse.

Dado el deterioro en el balance de riesgos al crecimiento, Banxico hará todo lo posible para no incrementar la tasa de interés objetivo. Sin embargo, tomando en cuenta que su objetivo único es la estabilidad de precios, la probabilidad de un movimiento al alza en los próximos meses se ha incrementado considerablemente.