Es más, podría concluir diciendo que de no ser Marcelo Ebrard, López Obrador tendrá la oposición en casa, no externa, que no existe
Tú trajiste los colores al gris y la música al silencio.
Florestán.
La cena, el lunes, de Andrés Manuel López Obrador con sus cuatro corcholatas, como les ha llamado, sus 23 gobernadores y su dirigente de Morena, fue el banderazo del arranque de la penúltima etapa del proceso que llevará, en septiembre, a formalizar la designación de su candidato presidencial.
Prestidigitador de sus tiempos políticos, tras su triunfo en las elecciones del estado de México, porque fue él quien ganó, por él votó la mayoría, activó un desusado encuentro citando a cenar fuera de su palacio al grupo del que saldrá su sucesor(a) y de cara a quienes serán sus operadores electorales, los gobernadores morenos. Allí les dijo que no que no quería ninguna división ni ninguna cargada antes de tiempo, como las que han denunciado a favor de la precandidata, que no mencionó por su nombre.
Y fue más allá: les marcó las formas y los tiempos, él que ha dicho que no va a intervenir en el proceso, les instruyó: una encuesta y la renuncia de los aspirantes la semana que viene, tras el consejo nacional de Morena, el domingo, que dará forma a sus reglas sucesorias.
En la cena, se sentó entre los precandidatos. A su derecha, Adán Augusto López Hernández y enseguida, Ricardo Monreal, y a su izquierda Claudia Sheinbaum y luego Marcelo Ebrard que momentos antes le había informado en su palaciega oficina, que al día siguiente, martes, anunciaría su renuncia a la SRE para irse de campaña.
Esa noche, el presidente insistió en el piso parejo y todos entendieron el mensaje: sólo quién él diga a través de la encuesta y será en septiembre, cuando designen al coordinador(a) nacional de la defensa de la transformación, es decir, al sucesor del presidente López Obrador, cuando no tiene a nadie enfrente.
Es más, podría concluir diciendo que de no ser Marcelo Ebrard, López Obrador tendrá la oposición en casa, no externa, que no existe.
RETALES
1. ACUSACIÓN.- Alfredo del Mazo negó ayer que hubiera negociado con López Obrador la derrota en el estado de México y respondió a Alejandro Moreno que lo acusó de haberle entregado la plaza. Eso es absolutamente falso. Y lo acusó de ingrato y mentiroso por querer sembrar la división entre los priístas mexiquenses. Y rechazó que fuera a aceptar algún cargo en la 4-T;
2. KAFKIANO.- Mientras Manuel Velasco anunciaba su licencia como senador para contender por la candidatura presidencial de la alianza con Morena, los dirigentes de su partido investían a Claudia Sheinbaum como su abanderada para el 24. Nada nuevo; y
3. CARGOS.- Ricardo Monreal me dijo ayer que renunciará a dos cargos legislativos, la coordinación de su bancada y la presidencia de la JUCOPO y pedirá licencia como senador de la República. No me dijo cuándo pero será el martes. Alejandro Rojas, suplente, será el propietario. Y con él no se la van a acabar.
Nos vemos mañana, pero en privado.