Elecciones 2024
Elecciones 2024

La volatilidad impide que se pueda contar con todos los elementos propios de un análisis que permita un número certero.

Imagine un número razonable para la paridad del peso frente al dólar a finales de este año y publíquela como su pronóstico y absolutamente nadie dudará de él.

No hay realmente estimación más inútil en estos tiempos que aquellas que pretenden adelantar el comportamiento de la paridad cambiaria.

Le recuerdo tan solo algunos de los pronósticos recientes de los analistas que consulta el Banco de México de manera mensual. Por ejemplo, esta treintena de expertos consideraba apenas en febrero un cierre de la relación peso-dólar en 21.70.

Cuatro meses después, la estimación de esos mismos analistas, en la misma encuesta, con la misma metodología, se ubicaba en 19.53.

Esto implica que los cálculos cambiarios son tan volátiles como la paridad misma, lo único que hacen es sumarle unos pesitos a la fotografía del día para argumentar lo que ven para el cierre del año.

No son los mejores tiempos para este pronóstico. La volatilidad impide que se puedan tener todos los elementos propios del análisis económico disponibles para acercarse con honestidad a un número.

Siempre una libre paridad estará sujeta a los imponderables. Sin embargo, ha habido momentos de más estabilidad geopolítica en que los cálculos cambiarios son más acertados. Pero no estamos, por mucho, en uno de esos momentos predecibles.

Cualquier fórmula que quiera utilizar para comparar inflaciones, balanzas de pagos y demás será totalmente inútil si no aparta un espacio para agregar el impacto cambiario de un tuit de Donald Trump.

¿Puede alguien estar seguro, como lo han publicado algunos grupos financieros, que al cierre del año tendremos dólares en 19 pesos? Simplemente, no.

Si algo sale muy mal, o quizá muy bien, en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que se llevará a cabo durante la segunda mitad de este año, olvídese de cualquier pronóstico de hoy.

Un proceso de impeachment a Donald Trump, una guerra, un atentado, en fin. Pero sobre todo cualquier efecto adverso de las políticas estadounidenses en nuestra propia economía, algo que no es descabellado pensar.

No hay en materia cambiaria un solo pronóstico que hoy pueda tomarse en serio, quizá ante la falta de ellos valga la pena hacer más caso del sentido común.

Si alguien ve estos niveles actuales como una puerta de entrada para la especulación cambiaria, suerte, y ojalá puedan conciliar el sueño.

Si necesita divisas para operaciones comerciales o turismo, no espere milagros de ver paridades por debajo de los 17 pesos por dólar, porque se ven más como un buen deseo que una posibilidad sensata.

Comprar dólares, o coberturas, para hacer una operación hacia el cierre del año parece un ejercicio de precaución con algún costo, pero que permite un sueño tranquilo por si la renegociación del TLCAN o los calores político-electorales del país se elevan hacia el cierre del año.

Por lo pronto no crea cualquier historia que le cuenten sobre lo que viene en la relación cambiaria del peso frente al dólar. Ubique ese billete verde como una mercancía más que si la necesita tendrá que pagarla de acuerdo con las condiciones de ese impredecible mercado.