Elecciones 2024
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Rica en sabores culinarios, la cocina guerrerense nos ofrece varios platillos que, de acuerdo a los paladares más exigentes, son dignos de ser considerados joyas de la gastronomía internacional. Y ahora que ya tenemos prácticamente encima las llamadas elecciones intermedias (faltan menos de tres meses) y con varios actores del estado de Guerrero amenazando de que no habrá comicios en aquella entidad, bien parece un buen momento para aprender a preparar el tradicional pozole estilo Guerrero.

Ingredientes:

– 1 kg de maíz pozolero precocido con ingobernabilidad

– ½ kilo de carne de cerdo maciza (¿qué tal la de un gobernador con licencia?)

– 1 codillo de cerdo (¿qué tal el de un “gobernador” holgazán?, sí, ¿quién más? Rogelio Ortega)

– 8 chiles guajillos del corto y más ancho (cortesía de la CETEG)

– 1 1/2 cebolla blanca (ingrediente indispensable para hacer llorar a los pobladores… ¡perdón! a los comensales)

– 1 cabeza de ajo (sí, ajo…derse las inversiones, nacionales y extranjeras)

– 4 dientes de ajo (sí, más ajo…derse los ciudadanos y los turistas)

– 2 cucharadas de aceite de corrupción

– 2 cucharadas de laurel de indiferencia

– Sal de grano (cortesía de administraciones anteriores: Rubén Figueroa, René Juárez, Zeferino Torreblanca, Ángel Aguirre… todos le trajeron bastante sal a este estado)

– Orégano (en la alacena del cártel “Guerreros Unidos” hay bastante de ese)

– Lechuga (córtenla del huerto del Congreso estatal, porque están como si nada, bien frescos)

– Rábanos (lo que les importan las instituciones a los revoltosos)

– Limones (sirven para proporcionarle un sabor agrío al platillo… como la pareja imperial de José Luis Abarca y María de los Ángeles Pineda)

– Tostadas (como las reputaciones de los políticos responsables de trabajar por la paz en Guerrero)

– Chile piquín en polvo (pueden pedírselo a los padres de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa)

Preparación:

Se lava muy bien el grano del maíz pozolero y se le intentan quitar los puntos negros para que reviente justo como un estallido social. Se le pone a cocer con suficiente agua de playas descuidadas en una olla exprés, aproximadamente un par de sexenios con media cebolla, la cabeza de ajo, las hojas del laurel (ojo: de momento no se le puede echar la sal) y cuando ya esté listo, se le pone en otra olla más grande para que quepan ahí conflictos magisteriales, toma de casetas, secuestro de autotransportes y la maciza y el codillo, que deberán acompañarse con otra media cebolla (aquí lo que vale es llorar y llorar), dos dientes de ajo, y la sal (¡ahora sí!).

Los enchilados de la CETEG se ponen a remojar en 4 tazas de agua caliente, supuestamente para que se ablanden, pero no se van a ablandar, por lo que el pozole tendrá un sabor picoso y áspero. Aquí hay que moler un diente de ajo, media cebolla (¡sí, más cebolla), se cuela y se pone a sazonar en una cacerola con dos cucharadas de aceite de corrupción y un poco del agua donde se sumergieron los chiles magisteriales. Cuando el maíz pozolero, los chiles y la maciza y el codillo de cerdo ya estén a punto, se integran todos en una sola olla. Al momento de servir acompañen con orégano, limón, lechuga, cebolla picada, rábanos rebanados, chile piquín y tostadas.       

El lugar ideal para servirse es en varias mesas unidas a lo largo de toda la Autopista del Sol y en lugar de cobrar por cubierto se puede quedar con el dinero del peaje… como acostumbran a hacerlo todos.

¡Mal provecho!

Contacto.- www.lapoliticamedarisa.mx

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