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¿Qué pasó con la pobreza en México en 2020? Entre el primer y el último trimestre del año pasado hubo un crecimiento importante de las personas que viven en la pobreza extrema. Eran 17% del total y al final del año eran 22 por ciento. En el caso de la pobreza por ingresos, eran 49% de la población y en diciembre eran 56 por ciento.

Los datos son el producto de un trabajo realizado por Héctor Nájera y Curtis Huffman, del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo de la UNAM. Una de sus conclusiones es que “la crisis no solo aumentó la pobreza sino que la profundizó. La población en pobreza extrema o pobreza por ingresos se encuentra ahora más alejada de la línea de pobreza que antes de la pandemia”.

Los pobres son ahora más pobres que antes de la pandemia. La pobreza extrema es el peor tipo de pobreza posible. En México son alrededor de 28.3 millones de personas. Eran 22.1 millones en 2018, año en el que se realizó la más reciente Encuesta de Ingreso Gasto de los Hogares, del Inegi. El término es utilizado para designar a una persona que no puede satisfacer sus necesidades más básicas: alimentarse, beber agua, dormir en una casa y contar con acceso a educación y salud.

La pobreza por ingresos indica la insuficiencia del ingreso disponible para adquirir el valor de la canasta alimentaria y efectuar los gastos necesarios en salud y educación, incluso utilizando el ingreso total del hogar solo para estos fines. En México son 72.7 millones de personas las que caben en esta categoría. Eran 63.7 millones en 2018.

Los ingresos a lo largo del 2020 no pudieron subir al mismo ritmo que los precios de los alimentos en la canasta básica. Hay que considerar que el PIB cayó 8.2% y las actividades secundarias (manufactura) y terciaria (servicios) fueron las más afectadas. El ingreso laboral real se contrajo 2.5% entre el cuarto trimestre del 2019 y el mismo periodo del 2020. El momento más crítico fue el mes de mayo, cuando los ingresos reales registraron una caída de 9% respecto a febrero de 2020, dice el trabajo de Nájera y Huffman. A partir del quinto mes hubo una ligera recuperación que no fue suficiente para alcanzar los ingresos prepandemia, de acuerdo a esta investigación académica.

Los autores enfatizan la necesidad de conocer más las variaciones que la pobreza ha experimentado en el territorio y nos entregan una primera fotografía: el alza de la pobreza fue mayor en las localidades de más de 100,000 habitantes que en las que tienen menos de 2,500 habitantes. Los incrementos más significativos en la pobreza extrema se dieron en las áreas urbanas y las entidades más afectadas fueron la Ciudad de México y el Estado de México, además de las estados circunvecinos, como Tlaxcala, Morelos, Puebla y Guerrero.

Una “novedad” es que Quintana Roo mostró unos de los mayores incrementos de pobreza por ingresos, como consecuencia del desplome de la actividad turística. Los estados “donde no parece haber evidencia de pobreza extrema son, en su mayoría, del norte del país”, dice el estudio.

Un dato que llama la atención de esta investigación académica es que el incremento de la pobreza extrema fue mayor en los hogares con menores de 18 años. Eran 19% y ahora son 26%. En el caso de hogares donde no hay menores, el incremento de la pobreza extrema fue de “solo” 2 puntos porcentuales, de 10 a 12 por ciento.

Por actividades, los trabajadores en el sector de operación de maquinaria y choferes y los de servicios personales y vigilancia son los grupos que tuvieron las alzas más pronunciada en los meses de la pandemia. Es notable que actividades relacionadas con agricultura y pesca no registran grandes afectaciones.