Elecciones 2024
Elecciones 2024

Combinar gastronomías cuesta muchísimo trabajo. No es nada sencillo que a un chef o a un cocinero se le dé exitosamente eso de mezclar cocinas de distintas latitudes para crear algo verdaderamente digno de los paladares más exigentes. Sin embargo, en esta ocasión al cocinero Decio Di Bigotes se le ocurrió un platillo muy sui géneris que lo mismo puede satisfacer a los comensales de la fast-food gringa que a los amantes de los antojitos mexicanos: unos piojos rostizados a la Filadelfia.

Cabe destacar que esta inmundicia culinaria se puede saborear mejor si es servida en tacos (de fútbol, obviamente) y en un restaurante de un aeropuerto estadounidense.

INGREDIENTES:

  • 2 piojos gordos güeros previamente marinados en odio
  • 1 cronista toluqueño desmenuzado
  • 1 ladrillito de adobo de pésima educación
  • 2 litros de jugo de intolerancia
  • Leña verde al gusto para tatemar los piojos
  • Sal de malos resultados deportivos
  • Pimienta de comerciales chafas
  • 2 litros de pulque
  • 2 manojos de yerbas finas… no, mejor yerbas corrientes (le vienen mejor)
  • 1 pizca de agresión
  • Millones de ilusiones rebanadas en cuadritos
  • 1 lata de críticas

PREPARACIÓN:

Los piojos se pueden marinar durante varios meses de anticipación con las criticas, el odio y la intolerancia. Una vez que estén bien impregnados con estos tres ingredientes el cocinero deberá ser cuidadoso de que no se hinchen demasiado con la mala educación, porque pueden explotar de coraje y hacer un batidillo infernal en toda la cocina. Al mismo tiempo, hay que prenderle fuego a la leña verde para ya tener una flama preparada justo cuando sea el momento de incendiar a los piojos, que una vez dentro del fuego se les debe agregar la sal de pésimos resultados deportivos y la pimienta de los comerciales chafas. Las yerbas corrientes se deben incorporar una vez que aparezca la intolerancia y los dos piojos quieran salir del fuego a base de agresiones, cachetadas, puñetazos y patadas.

Una vez que los piojos estén debidamente rostizados, quemados o ardidos, hay que servir en 18 porciones (una para cada uno de los dueños de la rama de la Primera División) y hacer que se traguen hasta la última uña de este indigesto platillo, para que no quede rastro alguno de él y conseguir de preferencia a un buen chef que sepa cocinar comida rusa.

Piojos rostizados a la Filadelfia - POLITICA-GOURMET