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El ataque a las instalaciones de Aramco traerá ingresos adicionales de 7.7 millones de dólares diarios para México, suponiendo que la mezcla mexicana registre un incremento de 14%, parecido al que tuvieron el Brent y el WTI el fin de semana.

¿De dónde sale esta cifra? En lo que va de 2019, México ha exportado en promedio 1´139,255 barriles por día. Cada dólar que se mueve el precio internacional significa una variación de 1.1 millones de dólares por día en los ingresos petroleros para nuestro país. La semana pasada, el petróleo generaba un poco más de 63 millones de dólares diarios de ingresos. Con los precios del mercado alterado, estos ingresos serán superiores a los 70 millones de dólares.

¿Cuánto tiempo durarán estos ingresos adicionales? Tanto como dure el nerviosismo de los operadores de los mercados que entraron en shock al confirmar la vulnerabilidad del principal proveedor del mercado mundial de petróleo. El alza de precio no tiene que ver con riesgo de desabasto, porque Estados Unidos anunció la venta de parte de sus reservas estratégicas y Arabia Saudita tiene grandes depósitos de petróleo ubicados cerca de sus clientes principales, en Europa y Asia.

No habrá calma en las próximas semanas. Saudi Aramco tardará algunas semanas en reparar los daños en sus dos instalaciones, pero existe el riesgo de otro ataque y crece el riesgo de una recesión económica global.

¿Por qué México no debe hacer cuentas alegres? Somos un país que tiene déficit en su balanza comercial energética. A los ingresos extra por venta de petróleo, debemos restar los gastos adicionales que tendremos que hacer en la compra de petrolíferos, como gasolina, diesel y turbosina. Al mes de julio esas importaciones sumaron 2,810 millones de dólares, un poco más de 90 millones diarios.

¿Qué pasa con Pemex? Esta empresa sí puede hacer cuentas alegres porque gana con el mayor precio del crudo de exportación y también gana más con la comercialización de los petrolíferos importados. No todo lo que es bueno para Pemex es bueno para México: habrá presión al alza en el precio de la gasolina para los consumidores y se incrementa la posibilidad de que la economía de Estados Unidos se desacelere.